por hijadecristalero
Las mujeres somos muy complicadas.
Podemos pasarnos toda la vida soñando con el Príncipe Azul.
Y un buen día llega, mata al dragón para conquistarnos, caemos rendidas a sus pies, nos pone un castillo y, si nos pilla jóvenes, nos hace unos preciosos hijos.
Todo para que sepamos cuánto nos ama.
Pero, a medida que pase el tiempo, nosotras engordaremos y perderemos nuestro regusto a premio; y él, seguro de tenernos, empezará a encender la tele cada vez que abramos la boca, a asentir con aire distante: lo que tú digas y a preguntarnos ¿has llamado a mi madre?
Y entonces le pondremos los cuernos con el apuesto palafrenero.
O nos apuntaremos a una oenegé.
O a clases de golf.
O nos haremos lipusocciones, estiramientos e injertos.
O nos meteremos en una armadura y saldremos a guerrear.
El otro día, una conocida que lleva tiempo dándole vueltas a la idea de separarse, contaba que su marido es como un hijo más. Yo acabé metiendo mano a las cisternas y haciendo las barbacoas: sabía de qué estaba hablando. Ella reclamaba un “hombre”, y ponía un ejemplo muy ilustrativo: cuando hablaron de las vacaciones, él propuso Formentera y ella Oropesa.
– Y ¿sabes dónde fuimos?- preguntó la futura separada con los ojos llenos de lágrimas- ¡A Oropesa!
Ah, ese John Wayne capaz de callar nuestro parloteo con un beso, cogernos por la cintura, subirnos al caballo como una pluma y llevarnos a donde a él le dé la gana… Cómo puebla nuestras fantasías.
Las mujeres del siglo XXI fantaseamos con hombres que nos sometan porque estamos hartitas de cargar con todo.
Pero si nuestra pareja nos dijera vamos a Formentera por mis cojones, estaría soportando todas las vacaciones nuestro morro y nuestra cantinela: Yo quería ir a Oropesa.
Seamos serias, señoras.
Dale una oportunidad a tu vaquero, deja que te someta, relájate y disfruta del cambio de planes.
Pero, si en Formentera descubres que sigues metiendo mano a las cisternas y haciendo las barbacoas, vuelve a casa en el primer avión.
No te quedes a hacerle la vida imposible.
El amor trata de hacer feliz al otro y de que el otro te haga feliz a ti.
Lo demás son cosas del Ministerio de Igualdad.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=y40fXnVCmhI&hl=es_ES&fs=1]
0 respuestas a «Tirando piedras contra mi tejado»
Fantástico relato! como la vida misma.
No hay palabra que sustituyera ni coma situada en mal lugar, me ha encantado.
Lo mismo digo: me ha encantado. Menos mal que tú misma eres mujer, porque hoy en día esto no lo puede escribir un hombre.
Igual yo soy joven, inexperto, iluso, idealista y carente de relaciones significativas pero ¿no supone el amor ser algo así como «lo que te gusta a ti me hace feliz a mi», «te saliste con la mía», «de tu parte aunque la cagues» y «cómplices, si hace falta, en contra del universo entero»?
¿Cómo se cae en hacerse uno a otro la vida imposible?, ¿Qué es eso de te voy a hacer feliz, pasando por encima de ti, haciendo lo que se me de la gana a mi? La pareja, ¿ha de hacer lo mismo?
Suena un poquito a disparate, a caminos divergentes y evolución (o involución) dispar.
Da miedito, eso no es amor.
Saludos!
Efectivamente, mi tierno Asterión: eso no es amor.
Es la muerte del amor.
Y, cuando el amor muere, en lugar de hacérselo pagar al otro, lo mejor es marcharse. Quizá ésa sea la mejor demostración de amor: dejar al otro en libertad para que pueda ser feliz sin nosotros.
Chilindrina dixit: «¿pa qué te digo que no si sí? totalmente de acuerdo.
Aunque, pienso, con los sueños del primer flechazo en mente, bien vale la pena una batalla contra el tedio y la rutina ¿no?
😉
buenísimo.
una cosa es la dimensión social del amor (y sus ministerios)
y otra diferente es la verdad que se oculta
en esa habitación con vistas que es la pareja.
porque el amor,
como casi todas las narraciones,
se rige, de un modo u otro, por el esquema «principio-nudo-desenlace».
están los amores cuento,
los amores relato corto,
o las largas novelas decimonónicas.
están los amores james joyce,
delirantes y complejos.
los amores raymond chandler,
brutales y trepidantes como un balazo preciso.
o los amores perez reverte,
previsibles, coñazos y mal narrados.
yo quisiera vivir un amor «detectives salvajes»:
intenso y furioso a lo largo de casi mil páginas.
pero eso no está en mi mano,
eso, en algún caso, es una decisión del universo.
pero volvamos al affaire «tirando piedras…».
cuando el amor en la pareja se vienen abajo,
o bien se culpa al otro
(por algo que ninguno de los dos ha elegido: el hundimiento de los afectos),
o bien uno se retira con dignidad
y asume que ahí fuera sigue latiendo la vida.
una retirada a tiempo, lo dice el saber popular, evita muchas víctimas.
sea como sea,
el amor nunca es una imposición.
en algún caso es un diálogo.
en la pareja puede que uno sea más brújula que el otro,
que uno de los dos tenga más claro el gps vital,
pero siempre se trata de un diálgo,
de un quid pro quo,
de un proceso de convergencia.
de lo contrario, mal vamos.
de lo contrario,
el amor se convierte en un campo de trincheras.
y ya se sabe que en estado de guerra
ni una erección es tan ciclópea
ni una vagina está tan húmeda y dispuesta.
y si hemos llegado a ese estado, amigo,
no hay auditoría emocional que nos salve.
pero claro, hija de cristalero,
para llegar a estos saberes hace falta un largo recorrido.`
por eso mismo, asterion, no debes asustarte ni dudar de tu idealismo.
«que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante». biedma dixit.
Olé, hombre que no come lo que sea.
Me encantó esto de que el amor se rige x el esquema principio-nudo desenlace.Como una magnífica actuación teatral en la que hay que saber aparecer, permanecer y desaparecer.No falla la efectividad en ese orden.Muy buen comentario del «hombre que no comía……».Susana ( una mujer argentina).
Fe de erratas: «Pa que te digo que no si sí?» no es una frase de la Chilindrina sino de la Chimoltrufia, que me perdone Chespirito y todos sus caracteres Chespirianos!.
Slds