por Tímido Celador
¿Qué si estaba bebiendo mucho últimamente? ¿Comparado con quién? No bebía más que mis amigos, incluso podría decir que bebía menos, porque yo sólo le daba al alcohol los días que salía. No tomaba cañas a la hora del aperitivo, ni comía con vino, ni tomaba copa de sobremesa a diario, como muchos de ellos.
Y tampoco fumaba marihuana, añadí como dato objetivo, para que se diera cuenta de que tampoco él era un santo.
– No compares una cosa con la otra –dijo como si hablara con un niño tonto-. Yo fumo marihuana para hablar con dios, pero tú bebes para atontarte. Yo fumo para encontrarme conmigo mismo y tú para huir de ti.
Por un momento se me pasó por la cabeza decirle que sí, que bebo del día a la noche porque estoy enamorado de una mujer que le ama a él. Quizá así Laura, rescatadora de desechos humanos, se fijara en mí. Pero no quiero despertar su compasión. Quiero que me admire como admira al Guru. Que se refugie en mi pecho como se refugia en el suyo.
– No. Lo del otro día fue una borrachera puntual –mentí.
Cuando salí de trabajar, pasé por el gimnasio.
Necesito volver a boxear.
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0 respuestas a «El guru y otras hierbas, 56»
¿Para lanzar ganchos de izquierda al aire?
¿Para aprender a esquivar?
¿Para recapitular en un instante las hostias de la vida?
Para que el dolor vaya encajándose…