Miguel Pérez de Lema
Navidad, tiempo de chantajes emocionales, agravios comparativos, crisis nerviosas, consumos compulsivos, obscenos derroches, niños coléricos, y bancarrotas domésticas. Nosotros nos lo hemos buscado.
Entre el mongolismo de los ricos (vídeo 1) y el victimismo de los pobres (vídeo 2). Lo mejor sería hibernar hasta el 7 de enero. ¡Quién pudiera!
Aquí, unos rusos a saco Paco como sólo ellos saben.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=62SPvAzoDDg[/youtube]
Aquí, un ecuatoriano melancólico autoparódico involuntario. Vaya plan.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=sAncAxyIJto&feature=related[/youtube]
Y finalmente, la quintaesencia genial de todo lo que se puede decir sobre este carnaval de patética grosería, este sublime escarnio, esta fatal soledad. El último plano de «Plácido»:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Z6GuDNY8BYo[/youtube]
0 respuestas a «Gastad, gastad, malditos»
En Nochebuena nos juntamos a cenar en nuestra casa con nuestros trs hijos, independizados ya, sus parejas, nuestros dos nietos…diez en total. El menú fué exquisito y sin excesos de cantidad, con ingredientes y vinos seleccionados por su buena relación calidad precio, comprados y cocinados entre todos. Intercambiamos regalos según el método del «amigo invisible»: cada uno regala a uno sólo de los participantes elegido en un sorteo secreto y por un importe máximo pactado entre todos: este año 60 E. No se cantaron villancicos en los postres. En lugar de eso, nos fuimos todos a un garito en el que yo dirigí una jam con músicos y amigos, en la que tuve el placer de compartir escenario también con mi nieto de 18 años, guitarrista y cantante aficinado. Nos dieron las 5 y 1/2 de la mañana cantando, bebiendo y bailando, con un ambiente y una marcha dignos de la celebración del nacimiento del dios sol, que viene a vencer a la oscuridad y el frío
(siento no tener vídeo para ilustrarlo)
Hibernar es uno de los métodos anti-melancolía navideña, pero no el único. Un abrazo Miguel.
Celebro la óptima relación calidad precio de vuestra rítmica Nochebuena.
Yo tuve asaz una rica cena y al día siguiente una amena reunión y comida de Navidad, mejores ambas de lo esperado.
Aunque no mejores que la hibernación.
(En cuanto al dios sol, por mí, como si sale por Antequera).
Me da la sensación de que en estas cosas tiene mucho que ver la relación que cada uno tiene con la familia. Para quienes es refugio seguro, estas celebraciones tienen algo alegre; para quienes es un infierno, estas celebraciones son una trampa mortal.
Que cada palo aguante su vela, muchachos.
Ya hemos sobrevivido a la primera andanada.