Fumando un cigarro a la puerta de proscritos

por Marisol Oviaño

Diálogos mantenidos cuando salgo a fumarme un cigarro a la puerta de la trinchera proscrita:

Desconocido 1

– Oye, perdona ¿de qué es tu tienda?
– Bueno, no es una tienda…
– Sí, perdona, lo sé, pero ¿a qué os dedicáis?
– Pues somos asesoría literaria, hacemos análisis de obras, correcciones de estilo, redactamos si hace falta y damos talleres de escritura, de oratoria y de más cosas.
– Vaya, qué bueno. Qué interesante. No conocía ningún sitio así por la sierra.
– Hasta donde yo sé, no lo hay.
– Me gusta el tema, me gusta. Me pasaré otro día por aquí con más tiempo. Desde luego, hay que tenerlos buen puestos para montar algo así con la que está cayendo.
– Dicen que las crisis son oportunidades para las personas creativas.
– Y así debe ser. Encantado de conocerte, te veo otro día con más tiempo.

Desconocido 2

– Oye, perdona ¿tú eres de aquí?
– Sí, espera, que apago el cigarro y…
– No, no, por mí no lo apagues, llevo un poco de prisa ¿Dais talleres de escritura?
– Sí.
– Y ¿estáis subvencionados por el Ayuntamiento o algo?
– No. Es una iniciativa completamente privada.
– Joder, qué de puta madre, alguien que monta algo de cultura sin chupar de mis impuestos. Qué bueno ¿puedes darme un folleto?

Desconocido 3

– Perdona que te aborde así, en la calle, pero es que siento muchísima curiosidad. Casi todas las semanas leo lo que tienes colgado en el escaparate.
– Ah, sí, tengo que ir cambiándolo, hace dos semanas que no lo cambio.
– Yo escribía hace años.
– ¿Y por qué lo dejaste?
– Los niños, el marido, el trabajo… la vida, ya sabes. Hace tiempo que quería darte la enhorabuena y desearte toda la suerte del mundo, me parece una idea genial. El local es precioso y hacía falta algo así por aquí. Sólo hay centros comerciales. Cualquier día vengo y me apunto a un taller.
– Cuando quieras. Espera- apagando el cigarro- te doy un folleto.

Desconocido 4
– Oye ¿esto de qué va? ¿Dais clases de algo?
– Sí, de escritura, de oratoria, de…
– ¿Hacéis fotocopias?