por hijadecristalero
Fotografía en contexto original: uckg
Esperanza Aguirre ha propuesto sacar una ley por la que los profesores tengan rango de autoridad pública, de tal manera que agredir a un profesor sea un acto tan delicitivo como sacudir a un policía. Se ha pronunciado una palabra que levanta ampollas: autoridad.
No fallan sólo los planes educativos, no es sólo culpa de los políticos.
Mis propios hijos cuentan lo que hacen en clase y tienen muy claro con qué profesores pueden pasarse siete pueblos, y con cuáles más vale estar callado y quitecito. Todos los profesores tienen las mismas armas para defenderse de los alumnos; es decir: hay profesores que no necesitan a Esperanza Aguirre para hacerse respetar.
Falla todo el sistema.
En un mundo en el que la gran mayoría de las mujeres trabaja, los horarios escolares son los mismos que cuando las madres se quedaban en casa. En la enseñanza pública, los niños dejan el colegio para ir al Instituto a los doce años. A las dos de la tarde están en la calle. ¿Quién les espera en casa? En una gran mayoría de los casos, nadie. Comen solos viendo la tele, pasan la tarde jugando a la play, o hablando por el Messenger, o bajándose música y películas. Viven en un mundo que la mayoría de los padres ni siquiera imaginan. Cuando estos llegan a casa es de noche, están cansados y la convivencia familiar se reduce a una cena rápida- quizá frente a la tele-, tras la que cada mochuelo regresa a su olivo: los padres se tiran en el sofá a ver la tele y los chicos vuelven a sus habitaciones, a seguir con la consola o el ordenador. A la edad en la que el ser humano necesita que le enseñen límites, que le den la mano, que le ayuden a crecer; el sistema nos obliga a abandonarles en manos de los videojuegos.
Fallamos los padres.
Tenemos hijos cuando somos demasiado mayores, cuando ya no tenemos energía para bregar con la educación de los hijos. Empezamos por dejarles interrumpir cualquier conversación entre adultos cuando son muy pequeños, para que se crean que son el ombligo del universo; nos desvivimos para que no se aburran ¡tienen que aburrirse!, les colmamos de regalos que no merecen, con lo que perdemos la oportunidad de enseñarles la realidad de la vida: nadie va a regalarte nada; y terminamos por no prohibir ni exigir nada. Resulta más fácil ser el colega de tu hijo que su padre.
El otro día fueron las fiestas del pueblo de al lado.
En la pandilla de mi hijo, la gran mayoría de chavales ha suspendido un montón de asignaturas. Algunos de ellos repetirán. Pero eso no ha impedido que sus padres les hayan dejado ir a las fiestas patronales y pasar toda la noche fuera: cuatro noches sin volver a dormir a casa hasta las once de la mañana siguiente. Con 16 años.
¿Qué disciplina se les puede pedir a quienes no necesitan dar nada para tenerlo todo?
Y la gravedad del problema no es que los chavales se porten mal en clase, eso sólo es un síntoma. Lo grave del asunto reside en que, si no les enseñamos a asumir responsabilidades, a encajar fracasos, a superarse, a tratar a los demás con respeto; cuando lleguen a adultos no tendrán armas para enfrentarse a las dificultades que inevitablemente encontrarán en su camino. Y descubrirán demasiado tarde que no saben nada de la vida.
0 respuestas a «Cuestión de disciplina»
Totalmente de acuerdo, y eso que no has entrado en el fracaso escolar ( líderes mundiales), el sistema educativo ( de los peores de Europa), consumo de drogas entre los jóvenes (líderes mundiales), el deterioro de las universidades (hasta mi pueblo tiene una), jóvenes que ni estudian ni trabajan ( líderes mundiales), la bazofia que venden a los niños-jóvenes los medios de comunicación (auténtico opio en vena)…pobre país!
Estoy 100% de acuerdo con el artículo, y me surge una pregunta: ¿qué podemos hacer los que no somos padres, ni educadores, ni legisladores, ni jueces, ni…y que sin embargo vivimos en la misma sociedad con este grave problema y que por supuesto somos conscientes de que nos afecta? ¿Debemos soportarlo, rebelarnos contra los padres irresponsables, echarle la culpa a la TV, votar a partido politico que emita Heidi y Marco en la TV, etc? Estamos simplemente vendidos. Ojalá podáis decir que no, que algo podemos hacer nosotros. (Y no vale responder que no tengamos hijos…)
Yo creo que es cuestión de frenar. Un gran frenazo general. Para hacer cualquier cosa bien sólo hace falta tiempo. Invertir menos tiempo en producir y más en educar, en estar con los hijos. Es esto posible?, no, ni de coña. Hay que producir y consumir.
Todos sabemos lo que falla y que nadie va ha hacer nada para enmendarlo.
Nuestra crisis es ética y de valores, pero sólo nos preocupa la economía.
Disculpad mi tono pesimista y poco constructivo. Saludos
Miguelón, no te creas que tu comentario es poco constructivo. Pones el dedo en la llaga que no es poco. Saludos.
Acá en Argentina pasa lo mismo: el consumismo avanza como un cáncer que va pudriendo la vida familiar y comunitaria. Ya ni las poblaciones chicas se salvan.
Pero la solución no la tiene el gobierno, la tenemos nosotros, cada uno de nosotros. Se puede ponerle límites a los hijos, se puede producir y consumir menos, se puede dedicarle más tiempo a la familia, es cuestión de elegir y de hacerlo a conciencia.
Como dice Graciela Fernández,también en la Argentina el niño termina sus tardes y llegadas de noche enchufado en auriculares, DVD y chateos varios.Los padres argentinos cada vez le huyen mas al «no» que al «si»,derrotados por la impotencia y el stress, el mundo de los chicos,de las razas que sean, del origen que provengan,se vuelve precario y sin brújula.El bes0, la caricia, la dignidad del consuelo,está borrada en la confusión de no acordarnos como llevar a cabo el gran encuentro en la familia, agotamos la capacidad de razonar en pos de la lágrima enjuagada tardíamente.Susana ( una mujer argentina)
ahi un humano,llamado,osho, con un puñado de libros,al que nos rreferimos se titula
el libro de la mujer,que propone ideas y rremedios,casi aprosimados,casi correztos
no soy un abonado a sus ideas,pero de todo lo escrito,por la humanidad,este hombre casi se azerca,aun que todavia esta lejos
que los que no saben enseñen demuestra el grado de irresponsavilidad que toda mujer y hombre posee
la contaminazion esta en todo,ya no se trata de la humanidad enferma,sino de la humanidad contaminada
aqui todas y todos se dedican a contaminar,descaradamente,por solo mantener la gran mentira
mi esposa,mi marido,mis hijas,mis hijos,mi planeta……esta idea,la de, mio,es la que mas daña,la mas irresponsabre………dejar de contaminar a esas futuras generaziones con vuestras contaminadas ideas por solo dinero y sexo
ni este planeta es vuestro,ni nadie es plopietario del otro,sea mujer o hombre