por hijadecristalero
Fotografía en contexto original: Taringa
Mi padre decía que mi abuelo se afilió en la CNT porque la guerra le pilló en el frente rojo, en Madrid. El autor de mis días se consideraba a sí mismo un poco de derechas, aunque odiaba a muerte a los curas, nunca comulgó con ningún partido, siempre hizo lo que le dio la gana y logró que todo el mundo le quisiera por ser él mismo.
Sólo fue al colegio los días de lluvia, porque mi abuela decía que era una pena encerrar a un niño en una clase cuando podía estar en la calle. Entró de aprendiz de carpintero en un taller a los trece años, descubrió pronto que él no había nacido para tener jefe, cambió de oficio y acabó montándose por su cuenta como escayolista a los veintitantos. Empezaron siendo dos, hubo un momento en el que fueron 200. Cuando los escayolistas se quedaron sin trabajo por culpa de las molduras prefabricadas, se empolló varias enciclopedias de hormigón y volvió a cambiar de oficio una vez más.
En la crisis de los 80, quebró, como casi todas las pequeñas y medianas empresas. Él era la única fuente de ingresos de la familia. Nos sacaron de los colegios subvencionados, nos alimentábamos a base de lentejas y cerdo, los tíos nos traían cosas de la huerta cuando iban al pueblo… Pero mi padre- ese que renegaba del anarquismo- se negó a cobrar el paro. Su socio lo cobraba, todo el mundo lo cobraba. La gente le decía que era tonto por no cobrarlo.(En aquella época, el empresario cotizaba como cualquier empleado y tenía derecho a subsidio de desempleo) Pero si alguien le decía que las cosas serían más fáciles para él si se apuntara a que le devolvieran lo que había cotizado, desorbitaba los ojos como si hubieran sugerido que hiciera cola para comer de la caridad de los curas. Huelga decir que una vez más supo adaptarse y volvió a triunfar.
Ahora que lleva seis años muerto y no puedo discutir con él, pienso que a lo mejor eso de que el abuelo se enroló con los anarquistas por casualidad, fue lo que le enseñaron a decir: cuando acabó la guerra mi padre sólo tenía cinco años.
Y a mi abuelo se lo habían llevado a fusilar.
Preparados, apunten… ¡Pero Paco! ¿qué haces tú aquí? el capitán del pelotón de fusilamiento era un antiguo compañero de andamio, anda y márchate a tu casa.
Mi abuela llevaba tres días de luto cuando su difunto marido entró por la puerta tan pimpante.
No es descabellado pensar que a los niños les contaran lo del anarquismo casual para no tentar más a la suerte, para evitar denuncias y arrestos.
Mi padre nunca me dio motivos para dudar de su palabra, y él sostenía que mi abuelo nunca fue anarquista de verdad.
Pero ya tengo una edad y sé que uno no puede fiarse ni de sus recuerdos.
Mi abuelo era albañil.
Leía el periódico todos los días, comentaba las noticias en voz alta para que los hijos y la mujer aprendieran, iba mucho al teatro y llevaba a mi padre casi siempre con él.
Eso es lo que me hace sospechar de lo que contaba mi padre.
Si habías nacido a finales del siglo XIX, eras albañil, leías el periódico e ibas al teatro, sólo podías ser anarquista.
La otra opción era ser analfabeto.
0 respuestas a «De casta le viene al galgo»
Muy simpática tu historia. Me gusta como escribes, y me gusta esa casta de galgo libertario. Un saludo cariñoso. Rick
Está bueno el concepto:» si tu abuelo habia nacido en el siglo XIX, era albañil e iba a teatro» encima llevaba a su familia al mismo.»Era anarquista… o analfabeto».Por mi parte me enteré tarde que mi «abuelo materno», español de origen, filipino por adopción y residente argentino, era un «irresponsable bohemio» ruina familiar, pero al pobre le gustaba Chejov, Shakespeare y otros tantos..nunca lo entendieron,para ellos era solo «un saltimbanqui» (quizás su razón tendrían).Cuando comencé a bucear en mi arbol,supe que mi vocación de actriz tuvo algo que ver con un tal Liborio Sanz,español de origen,»trotamundo»,argentino casual, y «actor acallado x censura.Te reivindico en los tiempos, y en tus genes,tienes conmigo siempre reservada una platea.Hija de cristalera: Ellos se merecen nuestro homenaje.Susana (una mujer argentina)
Me ha encantado el relato. Saludos de Rivas