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Cambiando de clase social

por Marisol Oviaño
Fotografía en contexto original: ondobizi
mercadillo

Me llama mi mejor amiga para preguntarme qué tal.
También a su puerta llama la crisis con insistencia: el marido hace meses que no firma ningún proyecto- y por lo tanto, no hace caja-, y a ella pronto se le acabará el subsidio de desempleo. En el último trimestre se han ido comiendo los ahorros que tenían.

Mientras, en la televisión no dejan de pasar anuncios en los que nos dicen que las marcas son buenas, para que dejemos de comprar marcas blancas. Es como si los anunciantes- por no hablar de los políticos-, no quisieran ver la realidad: si compramos marcas blancas no es porque no nos guste la calidad, sino porque el dinero ya no nos da para comer como antes o porque, simple y llanamente, ya no tenemos dinero; ya no formamos parte de esa clase social que puede hacer la compra sin detenerse dos o tres minutos ante cada producto comparando precios.

Y según todas las previsiones- excepto las del Gobierno-, las cosas irán a peor.
Pero no perdamos el optimismo. Mi abuela sobrevivió a una guerra, se quedó viuda joven con cuatro hijos y sin dinero ni formación alguna, y ahí está, con 97 años, vivita y coleando, viendo cómo sus nietos- que sí hemos tenido acceso a una educación- pelean para ganarse el pan.
Siempre ha habido crisis, siempre ha habido problemas económicos, siempre ha habido gente que, luchando, ha salido adelante.
Ánimo.

0 respuestas a «Cambiando de clase social»

¡Gracias por los ánimos!, que todos los necesitamos, menos mal que hay algún lugar para recordar que hay crisis, y gorda, pero …tampoco es que haya llegado el fin del mundo…

Ciertamente dices la verdad en este articulo, los tiempos que corren no son ni siquiera regulares, y con los gobernantes que tenemos ya veremos cuando pasamos el chaparrón, en cuanto a las marcas blancas es absolutamente cierto yo algunas veces las compro (pero no me gustan nada), solo lo hago por ahorrar algún euro, y siendo sincera no se si merece la pena, pero en fin ya vendrán tiempos mejores.

Hace falta salir del bosque para ver su tamaño. Gracias Marisol por compartir una mirada con tan buena perspectiva.
Siempre que llovió, paró.
Saludos

Tiene razón Miguelón: » hay que salir del bosque para ver su tamaño»…excelencia versus mediocridad, marcas blancas y de las otras. Tiempos de lluvia que parecen diluvios…temor a que no pare jamás. Crisis mundial,quizás en algún lugar surja mas rápido el sol.Susana(una mujer argentina).

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