Indefensión ante las compañías telefónicas

por Marisol Oviaño

En estos días he sido víctima de un «alta fraudulenta» (así lo llaman las compañías telefónicas, yo lo definiría simple y sencillamente como «estafa»)

Recibí una llamada de una empresa que aseguraba ser Telefónica. Como no era la primera vez que han mejorado mi servicio o mis tarifas con ese sistema, escuché atentamente lo que me ofrecían. No sólo tenían los datos de mi nombre y apellidos, que se pueden conseguir en cualquier parte, sino también los planes que tenía contratados con la compañía.

La presunta operadora de la presunta Telefónica me informó de que Telefónica y France Telecom han llegado a un acuerdo con Orange por el cual podrían rebajarme un sustancial tanto por ciento de mis tarifas. Me repitieron un millón de veces que, aunque me iban a llamar de Orange para hacer una grabación de voz en la que recabarían mis datos, el cambio no se haría efectivo hasta que firmara el contrato en papel que iban a mandarme por correo. Ahora comprendo que la insistencia en el contrato era para que no desconfiara. También me aseguraron que en ningún momento me quedaría sin ADSL: durante los días que durara la migración, me bajarían la velocidad a 1 mega. «No se retire señora Oviaño, en unos minutos le llamarán de Orange para efectuar la grabación de voz». Me llamaron de Orange, me volvieron a decir más o menos lo mismo que los de «Telefónica», volvieron a recordarme mil veces el asunto del contrato y efectuamos la grabación de voz.

Y he aquí, que tres días después, mi ADSL deja de funcionar.
Por supuesto, no me ha llegado ningún contrato ni me llegará nunca.
Llamo a Telefónica para preguntar qué está pasando y me dicen que no pueden acceder a mis líneas porque están migrando a otra compañía, que ellos no me han llamado en ningún momento y que, por supuesto, no tienen ningún concierto con France Telecom, ni pueden darme ningún fax.
Darme de baja en Orange me ha llevado dos días (y todavía no las tengo todas conmigo)

Nadie se responsabiliza de nada.
En Telefónica me dicen que ellos no pueden hacer nada para evitar las altas fraudulentas porque el Estado ampara a las otras compañías, que al parecer pueden tener acceso a los datos de contratación de todos sus clientes, usurpar su nombre y levantarle los clientes por la cara. El Estado, además, considera que una grabación de voz tiene la misma validez de un contrato, lo que facilita que estos estafadores campen a sus anchas sin que nadie les detenga.

Llevo varios días- y los que tarde Telefónica en restablecer el servicio- sin ADSL y sin poder trabajar, estoy escribiendo estas líneas desde un ciber, pero nadie va indemnizarme por la pérdida de tiempo y de dinero. El pobre usuario/consumidor/trabajador está totalmente indefenso ante estos abusos.

Esta tarde me pasaré por el cuartelillo de la Guardia Civil para poner una denuncia, que sé que será inútil, porque no tengo ninguna prueba y nadie parece tener interés en detener estas prácticas fraudulentas que cada día están más extendidas. Ni mi compañía ni el Estado van a defenderme, así que lo único que puedo hacer, es contar mi caso y enviárselo a todos mis conocidos para que ellos no piquen como he picado yo.

Y tomármelo con sentido del humor:

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