Charlie está mosqueado porque ha hecho sus cuentas y resulta que su novia lleva dos meses sin chupársela.
– Pues claro que la Sacerdotisa podría hacerle hablar. Y hasta dar un discurso en polaco, si hace falta. Pero ¿tú eres masoquista?
Y me mira como si yo fuera a pagar por las malas artes amatorias de su chica. Estoy seguro de que, si estuviéramos en una barra de bar y fueran las dos de la madrugada, se liaría a hostias conmigo.
Pero sólo son las once de la mañana y estamos en el descanso del café.
– Masoquista y gilipollas- remacha cabreado-. Vamos a ver, chaval: el Guru está de puta madre calladito, sin marear al personal. Y en segundo, cuantos menos tíos follen, a más tías tocaremos los demás ¿Capicci?. Que leerás mucho, pero a veces pareces tonto del culo.
Yo pareceré tonto del culo, pero nunca digo “y en segundo” si antes no he dicho “en primer lugar”. Pero Charlie no está para sutilezas lingüísticas hoy y me limito sonreír como si me hubiera gastado una broma. Arrastra la silla haciendo todo el ruido que puede. El despacho del director está justo debajo de nosotros, todos pagamos la escasez de mamadas en las relaciones amorosas de Charlie. Se levanta y me amenaza con el dedo.
– Es un puto majara. Métetelo en la puta cabeza de una puta vez: está aquí porque es un puto loco.
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0 respuestas a «El guru y otras hierbas, 18»
Buenos diálogos, aumenta la tensión…
¿cuando el verdadero punto de giro? ¿lo vamos a ver primero a través de los ojos de todos los personajes y después se va a presentar la acción?
Voy a ser una lectora paciente, merece la pena.