Sólo tengo que abrirme
para recibirte dentro de mí
pleno
fuerte
luminoso
omnisciente
sólo tengo que alzar los ojos hacia ti
para que escuches mis súplicas
sólo tengo que entregarme
para que me ames
Y sin embargo.
Qué difícil es
a veces
consagrarte
la
vida.
Y no pronunciar tu nombre.