por elhombresinsombra
Fotografía en contexto original:wired
Ángel Jiménez- más conocido en Vallecas por «El Cheli», y en el mundo rockero como el batera de los Doberman- retira de su cara la melena grisácea, que aún conserva frondosa a sus cincuenta y muchos tacos, para pasar la lengua por la gomina del papelillo.
– ¿Aquí dejan fumar porros?- le pregunto.
– A mí sí- dice sin jactancia y luego aclara- Domingo, el baranda, es un colega.
Las Bodegas Domingo enaltecen con su polícroma fachada de azulejos el paisaje urbano de portales clónicos, tiendas de telefonía móvil y chinos de todo a cien. No hace tanto, o quizás toda una vida, la escoltaban casitas bajas con pequeños jardines emparrados y perros sesteando al sol.
El Cheli, acodado en el alfeizar de la ventana-barra que convierte el trozo de acera en terraza no autorizada, aspira el humo arrugando el entrecejo; «bellota comercial…por lo menos no lleva jena», califica. Es el único fumeta que conozco capaz de liarse un canuto mientras conduce su Norton de 500 c.c., habilidad que parecen negar sus manos toscas, de uñas negras por la grasa de las motos que repara en su pequeño taller artesanal e ilegal «…sólo admito hierros de pedigrí». Se refiere a las Harleys, Norton, Triumph, las BMW antiguas y algunas japos selectas; «vintages», que diría un yanqui.
-¿Sigues tocando?- le pregunto.
-Ahora ya sólo en las fiestas de los colegas. Hace cuatro años nos volvimos a juntar los tres supervivientes. El «Mono» palmó de un mal pico hace ya un porrón de años, y lo sustituyó el hijo del «Gitano», que toca en plan Steve Vai. Si ese chaval deja de fumar chinos, llegará lejos.
– ¿Y qué pasó con la vuelta de Doberman?
– Un desastre. Resulta que en los garitos pagan lo mismo ahora que hace 25 años. Haces las cuentas de lo que te cuesta el trasporte y la cena y con suerte te quedan 10 euros para cañas. En otros, tienes que poner una fianza de tu bolsillo por adelantado para garantizar que se va a llegar a un aforo mínimo, y si no, la empresa se la queda. También están los que te alquilan la sala para que tú hagas la promoción y te la juegues. Hace unos años decía un colega exagerado que terminaríamos teniendo que pagar para tocar. Y es lo que está pasando. Y hay cola de tres meses para tocar en cualquier puto local.
– Pero ¿por qué no hicisteis una gira?
– Supuestamente para eso nos juntamos. Pero fuimos a ver a nuestro último manager, que ahora hace caja dabuten con dos triunfitos, y nos dijo: “Tíos, la cosa está mucho más chunga que cuando trabajábamos juntos. La contratación pública ha caído un 60% y la privada no existe. Podéis haceros promotores arriesgando vuestro dinero ¿teneis pasta?”. No le creímos, y fuimos a ver a otros agentes, que nos cantaron la misma milonga o parecida. Nuestra compañía discográfica pasó del disco con nuevos temas que le llevamos, y publicó un recopilatorio que no promocionó como Dios manda. Esperaban que la gira tirase de las ventas. Estábamos bastante quemados cuando nos ofrecieron telonear al Padre Jony. El padre Jony es un cura rokero catalán. Pero los obispos dijeron que era demasiado heavy para su radio, y en la Ser no le quisieron por ser cura. No le apoyó ni Dios y no hubo gira ni teloneros.- concluye apurando su caña-. En fin, las mamonadas de siempre…
Conozco al Cheli de coincidir con él en la bodega los mediodías de domingo y por la mitología oral del barrio.
-¿Y tú a que te dedicas?- me pregunta tras pedir otra cerveza.
– Escribo, le contesto.
-¿Y vives de escribir?
-No necesito hacerlo- le explico-, mi mujer tiene un comercio y le va bien.
– ¿Sobre qué escribes?
– Sobre la gente que conozco y lo que me pasa con ellos.
-¿Has pensado en escribir sobre mí?- me dispara con un brillo antiguo en los ojos.
0 respuestas a «Es sólo rok&roll: El cheli»
Me encanta, ¿va a ser una serie? como no veo nº 1…el personaje puede dar mucho de sí.