por Tímido Celador
Mi vida sexual ocuparía muy pocas líneas.
Quizá por eso me fascine la caja en la que el Guru guarda su colección de bragas.
Las hay de todas las formas y colores, aunque predominan las de algodón, desenfadadas y juveniles, y los tangas.
– ¿Cuántas hay?
– No lo sé- me dice encogiéndose de hombros-. A veces me dejan unas y se llevan otras. Nunca las cuento.
Es un fetichista muy limpio. Cuando consigue un nuevo trofeo lo frota con jabón en el lavabo de su dormitorio.
– Ya ha caído otra- me dice Charlie señalando hacia la ventana del Guru, en la que ondean unas braguitas puestas a secar- . Hay que joderse, el viejo hartándose de follar y tú y yo aquí apacentando el ganado.
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