por Marisol Oviaño
Llega un día en el que tu hijo necesita oír música desde que se levanta hasta que se acuesta: puedes entonces darle la bienvenida a la adolescencia.
Tal vez se enganche el Mp3 o el Mp4 en las orejas y se convierta en un ser sordo y lejano dentro de tu propia casa- como tú cuando te regalaron a su edad los populares “casquitos”-. Pero, si escucha la radio, te atronará la casa con los 40 principales, el programa con el que todos se inician en la música.
Mientras escribo estas líneas mi hijo toca la guitarra en su cuarto y mi hija escucha los 40 principales en su habitación.
Y me viene a la cabeza aquel verano de 1980 en que suspendí dibujo lineal por culpa de una hepatitis. Mi padre- que pasaba media vida sobre un tablero de dibujo- me castigó a pasar las mañanas de julio peleándome con el rotring y el compás. Y todos los días los 40 principales estuvieron allí para aliviar mi calvario de tinta china. Gracias a ellos pude cumplir con alegría una tarea que odiaba.
Hoy es mi hija la que los pone a todo trapo para recoger la habitación, ayudarme a pelar patatas o simple y sencillamente, para escucharlo mientras se mira en el espejo (¿qué sería de un adolescente sin espejo?)
Me pregunto qué hormona es la que se encarga de hacernos necesitar la música casi tanto como el aire.
0 respuestas a «El principio de la adolescencia»
Hola:
No quiero ser mayor, ni siquiera adolescente…
youtube
Saludos