Icono ibérico

Miguel Pérez de Lema

Veo esta mañana un titular en ABC de esos en los que notas el placer que ha sentido el redactor al escribirlo, llenándose de balón: «De manager de Pajares a organizador de eventos para el PP». Y y me hago una idea muy por encima de las supuestas corruptelas que se le suponen a este nuevo icono del ruedo ibérico, a él y a su confuso batiburrillo de arrimados y chicos de los recados -esto es tan viscosamente vulgar que no merece la pena meterse en honduras, si las hubiera-.

Álvaro Pérez Alonso, se llama el pájaro. (Sobrino de la polifacética artista Chonchi Alonso, para más señas).

En Soitu me topo con su cara. Y con su bigote, Dios, el bigote. Ese bigote del que ya no se molesta en ocultarse, del que «nada en la ambulancia» tan soberbiamente, y duerme tan bien arropado por la mano que mece la cuna, que pa qué. ¡Alegria Alvarito!

En otros medios repescan mas imágenes del maldito bodón del Escorial. La boda otra vez. Tengo el dudoso honor, hacia mí mismo, de haber comprendido en su momento que en esa boda iba implícita la putrefacción de un Gobierno, la muerte de una esperanza -¡otra!- para mi patria. La antepenúltima venganza de los horteras.

Y eso que aun la lente de aumento no se había detenido sobre este mediocre simpaticón, cogido del bracete de su barbi viejuna, luciendo puro, gomina, gafas oscuras, y esta sonrisa repulsiva, como tirando una dentellada, de zorro en el gallinero.

Lo que son las cosas

(En su momento me «rendí» -yo ya me entiendo con las comillas- ante el genio de Animalario por montar «Alejandro y Ana». Hoy, les rindo públicamente mi pequeño homenaje).

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