Texto y Foto: Carmen K. Salmerón.
Para 4 personas de bolsillos anémicos y paladares exquisitos:
– 4 patatas blancas, o tipo ojo de perdiz, hermosas (partidas en cascos, igualmente hermosos).
– 1/2 k. De patas de rejo (partidos en trozos de unos 3 cms, ¡sin quitarles la piel!). (El rejo es una especie de calamar agigantado, cuyas patas tienen una textura muy parecida al pulpo, pero 4 ó 5 veces más barato).
– 1/2 bote de aceitunas verdes rellenas de pimiento rojo. Cada aceituna va partida por la mitad.
– 6 langostinos congelados crudos por comensal (también valen congelados cocidos, e incluso crudos, si la anemia económica se hallara en período de recuperación).
– 1 frasco de pimientos rojos asados.
– 1 guindilla.
– Aceite de oliva virgen extra.
– 1 puñadito de guisantes congelados.
– 3 dientes de ajo pequeños o 2 medianos.
– 100 grs de tomate triturado al natural.
– 1 cucharadita pequeña rasa con cominos.
– 1 cucharadita pequeña rasa de curry.
– 1 puntita de especias varias molidas.
– 1 cucharadita de pimentón picante de la Vera.
– Pizca de colorante.
– Pizca de eneldo.
– Pizca de cilantro.
– Puñadito al gusto de perejil fresco.
– 1 hoja de laurel.
– Agua.
– Sal yodada (si procediere).
Este guiso lo vamos a hacer en la olla express, uno de esos aperos culinarios imprescindibles en el fondo de armario de nuestra cocina.
Cubrimos el fondo discretamente con el aceite. Cuando está caliente, le echamos el majado que mientras tanto habremos echo en el almirez (otro imprescindible en nuestro fondo de armario culinario): los ajos partidos, con los cominos y el perejil picado (¿qué no os acordáis cómo se hacía el majado? Pues hay que comer más frutos secos. Bien: Todo colocado en el almirez, con una pizca de sal por encima, para que no salten hacia fuera. Se machaca concienzudamente con la mano del almirez, hasta conseguir una pasta). Echamos el majado pues, y bajamos el fuego al mínimo para que no se queme el ajo y nos amargue el guiso. Cuando empieza a oler a frito, le agregamos las patas de rejo. Damos un par de vueltas a fuego medio. Veremos que va soltando líquido. Cuando comprobamos que reduce, echamos las aceitunas y la guindilla partida por la mitad. Damos un par de vueltas, para ligar los sabores (seguimos a fuego medio). Al minuto y medio aproximadamente, vertemos los guisantes congelados y subimos el fuego al máximo. Los salteamos. Cuando reduce el caldillo, enriquecemos con las hierbas aromáticas arriba mencionadas (si quieres, puedes sustituir la guindilla por hierbas provenzales o incluso romero). Vertemos en este momento el tomate triturado, el laurel, el curry y la pizca de colorante. Mareamos un poco y tapamos, que no tenemos tiempo de limpiar la cocina por culpa de las salpicaduras rojas, ni podemos pagar a nadie. Mientras el sofrito va tomando cuerpo, lavamos pelamos y cortamos las patatas. Las echamos a la olla express. Las mareamos un poco y cubrimos tasamente con agua. Tapamos la olla. Dejamos 8’ a partir del pitido. Apagamos, descompensamos, destapamos, echamos los langostinos y volvemos a colocar al fuego unos 3 minutos. Tan solo se corrige de sal si “fuere” necesario, que ya va el guiso bien cargadito de especias y hierbas aromáticas y, por tanto de buena y rica sabrosura. La sal apenas vale para poner las venas duras y rígidas como el plástico rudo.
Comer con un buen cacho de pan integral.
Debe quedar un caldito espeso y rico. Y algo más que nuestro bolsillo se pondrá contento.
Si ya lo decía Supretram, en al año 1975, ¿Crisis, qué crisis?
RECORDATORIO
Las patatas, el perejil , el romero, ponen potentorro nuestro sistema inmunológico, activando la producción de glóbulos blancos, soporte del mismo. Esto evitará, entre otras cosas, que nos acatarremos y que los virus acechantes abandonen su empeño en conquistarnos.
La guindilla se recomienda especialmente contra el reumatismo, favorece la producción de jugos gástricos y, dicen las sabias culturas orientales que es ¡altamente afrodisíaca!