Hace unos días parecía que el nuevo barco nunca acabaría de estar terminado.
Ella cruzaba la puerta, se desnudaba en la trastienda para ponerse las ásperas ropas de faena y las alpargatas salpicadas de pintura blanca, gris ceniza y nazareno. Se sentía segura tras la incógnita del papel de embalaje que tapaba el escaparate a la altura de las miradas curiosas de los viandantes. Necesitaba intimidad para ir conociendo el nuevo puente de mando, que no da a unas ramas cuajadas de ardillas circenses como el anterior, sino a una calle.
Ha campeado muchos temporales desde el viejo puente de mando. Pero el nuevo no es un lugar secreto al que sólo los oficiales pueden acceder. Además de la entrada virtual, también hay una puerta que cualquiera puede abrir y un felpudo en el que limpiarse los pies al entrar.
Hace unos días miraba el escaparate y su vocación de mascarón de proa no veía llegar el momento de la botadura.
Otro barquichuelo más.
Sus humildes naves siguen a flote cuando otras más grandes se hunden. Quizá sea por el entusiasmo que, a falta de velamen, despliega la tripulación.
Hoy, antes de apagar la luz y marcharse a casa, ha sentido la primera ola rompiéndose y se ha dado cuenta de que ya han levando anclas.
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0 respuestas a «Construyendo, 9»
Marisol, te doy mi más sincera enhorabuena. Es realmente emocionante ver que Proscritos tiene un punto de encuentro tan agradable que dan ganas de ir allí, hablar contigo y sentarse en esas sillas a leer un rato. !Mucha suerte, porque os la merecéis!
Me alegro de que te guste. Todavía no está terminado ¡falta el toque de los artistas! Ya colgaremos fotos. Gracias por desearnos suerte. Falta nos hace
Hola Marisol: capeando temporales, esta tripulante, se limpia sus suelas en el felpudo y siente que levamos anclas.Abrazo.Su.
Desde luego el esfuerzo, las horas invertidas, la energía puesta, se ve.
¿Te acuerdas todo lo que se te removió el primer día que entraste¿ ¿Y cómo estaba todo?
Ha acabado esa fase. Ahora empieza otra.
La cosa ha adquirido forma, ya tiene cuerpo.
Te deseo lo mejor del mundo, poder verlo y compartirlo contigo, tus hijos y con otros cuantos proscritos que andamos sueltos por el mundo