por Marisol Oviaño
Imagen en contexto original: cercabloc
Os recomiendo vivamente “Madrid. El advenimiento de la República”, de Josep Pla.
Por el título se podría sospechar que es un sesudo ensayo político, pero Pla, como un niño metomentodo al que los mayores hablan buscando cómplices, se limita a contar lo que ve, lo que le cuentan, lo que oye. A través de la galería de personajes con los que se codea, retrata un momento histórico sin solemnidad ni grandilocuencia, sin darse ni dar a nadie importancia alguna.
El libro es amenísimo e incluso yo me atrevería a decir que hasta divertido. Y lo que es mejor, leyéndolo uno diría que no han pasado los años. Ni la República, ni el Franquismo ni la Democracia. Seguimos siendo los mismos seres llenos de contradicciones. Como muestra este botón:
“El conocido hombre público señor Carrasco i Formiguera entra en la oficina de la Esquerra en Madrid en el momento álgido de la política anticlerical. Los jesuitas acaban de ser expulsados por Maura, y Carrasco tiene un aire deshecho, abrumado. En un momento en que las ideas parece que se aclaran, alza los brazos y la mirada al cielo y dice, después de un suspiro profundo y prologado que impresiona a los empleados:
– ¡Y pensar que yo, mi señora y mis hijos hemos rezado centenares y centenares de rosarios para que viniese la República… y que nos tengamos que ver en estos trances!”