Miguel Pérez de Lema
(Imagen en: soitu)
La municipalidad de Lisboa ha dicho que este año no hay dinero ni para pagar la luz de los adornos navideños, y se han lanzado las simpáticas empresas a patrocinar la magia luminiscente. Eso sí, los patrocinadores han elegido sólo los lugares más destacados y visibles de la ciudad -rotondas y plazas con mucho tránsito- y han escogido entre los cientos de millones de tonos posibles los de sus colores corporativos. Por si esto fuera demasiado sutil, también han incrustado sus logotipos entre las bombillas.
La verdad es que a Lisboa no le hacen ni puñetera falta las bombillas, ni la Samsung, ni la Navidad para ser la ciudad más bella de Iberia. Pero es lo malo de estas fechas, que no quieres, ni puedes, ni debes, pero al final te obligas y participas.
Yo también estoy ando buscando quien me patrocine las fiestas. Lo digo por si acaso.