por artistadesconocida
Fotograma de la película Cadena de favores
Talibana de sí misma, siempre ha hecho lo que su conciencia decía.
Es la única manera de aplacar la voz omnisciente que todo lo gobierna.
Seguir sus dictados le ha costado más de un problema con quienes sólo quieren lo mejor para ella. Ellos no saben que lo mejor es tener calladita a esa conciencia hiperactiva que nunca duerme.
Habrá quien diga que está sin blanca por su mala cabeza. Pero está sin blanca por culpa de su conciencia, se dice a sí misma mientras lía un cigarrillo en la trastienda de este maldito local, al que está empezando a coger cariño. Cuando miran juntos por el escaparate, siente que la abraza por detrás.
Quien hoy está arriba, mañana está abajo, y viceversa.
Demostrando sus teorías de que hay que seguir los dictados de la conciencia, ella ha caído, sí.
Pero las personas a las que ayudó sin esperar nada a cambio, están arriba.
Y desde allí le han tendido la mano.
Un new age diría que el universo te devuelve lo que das.
A ella sólo se le ocurre una palabra: gracias.
Apaga el cigarro, se deshace del abrazo, se arremanga y dice:
Menos samba e mais traballar.
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