Estimat amic,
suponiendo el estado en que te encuentras, apresúrome a escribir estas líneas en confianza que serán bien recibidas y puedan mejorar dicho estado.
He de confesarte que, a la manera de Proust, me aíslo para escribir, con unos estupendos tapones para los oídos que Air France tiene la bondad de regalarme a cada vuelo intercontinental. Y tan aislado estaba que no he oído el jolgorio y los petardos (quizás la lluvia de hoy ha contribuido a tapar su estrépito). Ha sido Marisol quien me ha dado la noticia. Su hijo también está afectadísimo, como supongo tú lo estás. Dice que se ha endosado un «Señor de los anillos» intravenoso para superar el shock. Confío y sé que tú tendrás mejores elecciones que las fantasías de Fredo Bolsón a modo de analgésico.
Y tras la confesión de los tapones, permíteme que otra siga: cuando supe (por un conmilitón tuyo palestino con quien estuve esta semana –de los de emblema blanco en el móvil y bufanda blanca y chapita blanca en el reloj, en fin: que el tipo tuvo un disgusto al saber no sólo que yo no era del RM (le pareció rarísimo, un poquito menos cuando le expliqué mi condición de periférico y tal y cual –el tal y cual, lógicamente, le hizo tilín: que si nación sin estado y esas cosas, no me extenderé, ya las conoces; vicios propios de los cuales cuesta zafarse tanto se acostumbra uno a ellos…), sino que además le rematé diciéndole que el futbol me importa un bledo, salvo lo que tú sueles escribir). A lo que iba: el jueves supe que se daría el BARÇA-BARÇA-BARÇA-Real madrid, y pensé: ojalá perdamos y eso motive un comentario Pérez-Lemiano, visto que la era Schuster ha terminado (cosa que aquí, he oído, se ha lamentado) y en ella MPL no parecía sentirse cómodo. Con Juande, me dije, esto será otra cosa y MPL se animará. Y más si nos ganan en casa. Que esto, me dije ilusionado, seguro que le motiva.
Eso me dije y yo seguí a lo mío: zapatero a tus zapatos, que del cuero esférico ya se ocupará Miguel. Bueno, eso espero. Yo no sabría qué decir del futbol posesivo que está mandando Guardiola. Ni podría florear las virtudes de Etoó, o trenzar ditirambos en la punta de las botas de Messi, o bendecir (si fuera menester) la posición de Puyo en sus momentos No Pasarán. Ya te digo: ni siquiera oí el partido. Y si el árbitro ha sido (como es tradición que lo sean) pro-locales (o es más bien que son pro-realimadridistas ? –ahora no recuerdo, ay, Dios! qué poco sé de fútbol), bueno, que no habiendo visto el partido no ha lugar que lo critique y glorie a quien lo merece y vilipendie a quien no merezca otra cosa. Que esto es cosa muy seria, me dije y mejor será dejarlo en manos de especialistas, que los derby los carga el diablo, y que mejor aquí no metas mano, que quema, niño, y tú no sabes; todo esto me dije, sí señor.
Y así me dije también: esperaré que MPL se tire a la piscina y me cuente y desanude los entresijos de mi ignorancia.
Y en esta espera quedo, amic meu, y esperando también que Dios guarde a Usted muchos años y pueda seguir complaciéndole con el futbol bueno que, no dudo, se ha dado en el Campo Nuevo del Barcelona.
Atentamente,
un admirador catalán de su prosa.
Pedro Lluch