2050

por Kurtz
Fotografía en contexto original: geocities

Según los organismos internacionales de estadística, se calcula que para el año 2050, la población mundial puede alcanzar la astronómica cifra de 12.000 millones de habitantes. Ya Fidel Castro en el documental que realizó Oliver Stone sobre la revolución cubana, el viejo comandante, que ahora anda más preocupado en poder mear sin dolor que en revoluciones, comentó al respecto: “En un mundo así (con 10 o 12 mil millones de habitantes), casi no merecería la pena vivir”. Es fácil estar de acuerdo, pero por qué no ir más allá y preguntarse si con una población mundial tan desorbitada, es posible que el mundo sigua funcionando como hasta ahora o estamos abocados a la autodestrucción.

Pongamos unos datos sobre la mesa para analizar la situación. Si a una población de ese calibre le añadimos que:
– Los recursos fósiles se están agotando, y sabemos que sin gas y petróleo el mundo se colapsaría en pocos días. Las energías renovables o la fusión nuclear podrían ser una solución pero para ser capaces de sustituir la capacidad de los recursos fósiles, todavía deben pasar muchos decenios.

– El cambio climático es un problema de primera magnitud. No sólo que el hielo de los polos se derrita y aumente el nivel del mar, con la consiguiente destrucción de las costas y el desplazamiento de millones de personas, sino que al ritmo actual de deterioro ecológico se prevé un importante aumento de catástrofes naturales, sequías, inundaciones, huracanes, con un poder destructor impresionante. Cosechas devastadas; aniquilación del hábitat natural; contaminación del aire en las enormes megalópolis; dificultades de suministro de agua potable para miles de millones de personas; mares esquilmados. Resumiendo, destrucción de los recursos naturales.

– Cada vez el mundo está más globalizado, pero la distribución de la riqueza no se globaliza. La brecha económica de los países ricos y pobres, se agranda. Las migraciones aumentan y no hay muros ni alambreras capaces de pararlas. Una persona no derriba un muro, pero millones de personas sí.

– El poder e incremento armamentístico mundial sigue escalando posiciones. Los países con armas nucleares están proliferando. Auténticos avisperos como Pakistán, India, China, Corea del Norte, de tradición belicista, y superpoblados, son auténticas bombas de relojería. Los oligarcas rusos quieren recuperar su papel de superpotencia, perdido tras la caída del muro. El papel de sheriff mundial de los Estados Unidos con sus Bush de turno. El aumento de poder del narcotráfico, la mafia y demás carroñeros del ser humano. La acentuación del populismo en países pobres y sus dictatoruelos con aires de grandeza. El imparable incremento de poder de los señores de la guerra en el continente africano, gracias a las minas de oro, diamantes, coltán, etc. El eterno conflicto árabe-israelí con Irán como invitado de piedra. El extremismo religioso y su terrorismo global. La crisis económica del mundo occidental, que no sólo perjudica en nuestros bolsillos, si no que es un caldo de cultivo excelente para fomentar los extremismos.

Con todos estos datos, y sabiendo que la mayoría de las guerras a lo largo de la historia no han sido más que una lucha por el territorio y los recursos, ¿Es posible una guerra mundial devastadora, con migraciones masivas, hambrunas generalizadas, falta de agua potable, escasez de recursos energéticos, incremento de totalitarismos, miedo generalizado, catástrofes naturales, enfrentamientos históricos, religiosos, y culturales entre países? ¿Es posible que nadie esté alarmado?. ¿Es posible que teniendo unos cuarenta o cincuenta años de margen para buscar formulas de cooperación entre todos los países, no nos estemos poniendo a ello, sino todo lo contrario?. ¿Creer que el hombre va camino de su destrucción, es cosa de falsos profetas alarmistas y de aburridos guionistas de Hollywood, o cada vez estamos más cerca de ella?.

Ya lo dijo un viejo amigo morador del desierto: “Conquistado el mundo, sólo nos queda destruirlo”