Categorías
General Lecciones de la vida Sexo

El porqué de todas las cosas

por mujerabasedebien
Para CLAUDIO MOLINARI (que me explicó a qué huelen ciertas hembras)
Fotografía en contexto original:manualseducción

Hay días en los que odia ese maldito cuerpo lleno de vida, y envidia a las mujeres de pelo blanco y manos sarmentosas, a las piedras y a los muertos.

Hay mañanas en las que el cuerpo se levanta pidiendo
guerra
guerra
guerra.
De nada sirve razonar con él y explicarle que no conviene, que es un jaleo, que… Antes de que haya terminado de hablar, el cuerpo, ese enemigo, lo habrá inundado todo de un olor inconfundible. Un olor que la acompañará cuando vaya a esa reunión, cuando discuta con el proveedor, cuando atienda al mensajero, cuando abra la puerta al tipo que viene a arreglar la lavadora, cuando se cruce con el vecino, cuando vaya a por el pan. Un olor que se filtrará por el teléfono, por el teclado del ordenador, por el tubo de escape del coche. Un olor que atraerá a los machos, que los hará revolotear: ahora me acerco, ahora me alejo, ahora vuelvo a acercarme, ahora vuelvo a alejarme, ahora me vuelvo a acercar…

No podrán resistirse al olor, no podrán quedarse quietecitos con la mirada baja.
Alfombrarán de claveles la Gran Vía, susurrarán las palabras más certeras para llegar al centro de su cerebro, esparcirán el deseo y se marcharán.
Porque despertar el deseo empieza a ser suficiente.
Y a ella comenzará a dolerle todo el sistema muscular, como a un yonqui privado de su dosis.

Se siente como cuando de niña le decían: el perro puede oler el miedo, no tengas miedo.
¿Cómo dejar de tener miedo?
¿Cómo dejar de ser una hembra?
¿Cómo apagar el rubor de las mejillas, la sonrisa de los labios?
¿Cómo velar el brillo de los ojos?
¿Cómo dejar de darles miedo?

Con un burka.

0 respuestas a «El porqué de todas las cosas»

jijijiji, Pedrito, Pedrito, qué cabroncete eres.
Esperaba que hicieras algún comentario sesudo sobre el problema social que significa el desencuentro de sexos en este mundo en el que ya nadie sabe quién es.
Y mira tú por donde, vas y me sales de mamporrero.
Tsk, tsk, tsk.

Estimado Pedro:
¡Qué bonito es enfilar al enemigo, virar a babor y a estribor, presentar la popa al oponente, cargar los cañones y embestir a toda vela!.Pero ya hace tiempo que soy marinero de taberna, y vivo sólo contando historietas de viejo verde, y no tengo intención de enrolarme en ningún barco. Ni tan siquiera en ningún bergantín que me lleve en primera clase a los mares del sur.

pd: en el cuerno de Africa hay oferta de trabajo para piratas desesperados. Condiciones de sueldo, hablar con Moratinos.

Pues ahí está la nuez del asunto, venerable Kurtz: que los hombres os estáis quedando en tierra mientras las mujeres surcamos los mares. Y cuando llegamos a puerto sólo encontramos niños ancianos que pueden tirarse días y días hablando de su bonito ombligo. Y aburridas de vuestro onanismo, paramos en tierra el tiempo imprescindible para vender la mercancía y aprovisionarnos de ron y nos alejamos cada vez más y más de vosotros.
Tarde o temprano acabaréis necesitando una mujer, aunque sólo sea para que os lleve a la consulta del geriatra y os agolparéis en el puerto buscando en el horizonte un maldito barco con mujeres. Y para entonces puede que las mujeres hayan descubierto otro mundo y no regresen jamás.

No sé si es eso es bueno o malo.
Pero es.
Y mi reflexión venía al hilo de que encuentro una preocupante similitud entre la actitud del extremismo musulmán hacia la mujer y el desprecio por los asuntos de la carne a la que a la postre nos condena tanto ombliguito al aire y tanto sexsymbol de la semana.

Yo todavía no me he puesto burka, pero tú llevas barba y turbante.
O sotana.

Y tu juventud hace que te sientas muy seguro en tierra.
Pero el veneno ya está dentro de ti.
Te darás cuenta cuando asistas al auto de fe en el que me quemarán por bruja.
Si me atrapan.

¡Ay! Casi…

Si no fuera por el baile parentético de la última frase, casi casi logro que me quede bien esto de insertar links en los comments

Voy aprendiendo, señorita. Prometo esforzarme. 😉

El burka de occidente es la talla 39, la depilación y el desodorante.
Los hombres ya no sabemos qué terreno pisamos.
Las niñas de 13 años nos sonrojan con su lenguaje y su disfraces de prostitutas.
Las veinteañeras actuan como si hiciesen el casting de OT.
Las treintañeras te piden declaración jurada de bienes para subir al barco.
Las cuarentonas son peligrosamente esquizoides.
Las cincuentonas son frígidas menopáusicas o los prefieren inberbes.
Las segsagenarias no jubiladas dedican todo su esfuerzo a parecerse a Ann Margaret.
¿Cuántas conoces como tú, mujerabasedebien?

No sé si conozco más mujeres como yo. Sí conozco muchas mujeres que se sienten solas. Yo tengo la suerte de haberme enrolado en un barco que convierte mi vida en algo digno de vivirse: la intensidad compensa a la soledad, que por otra parte ni es tan solitaria ni es impuesta, sino elegida.

Pero no creo que yo deba a ser un ejemplo a seguir: la mayoría de los hombres me tienen miedo. Y a mí, poco puede ya afectarme: he amado, he sido amada, he tenido amantes en todos los mares, he plantado el árbol, he tenido el hijo, he escrito el libro…podría cerrar mi biografía hoy y no habría dejado nada por hacer.

Pero si los hombres de las generaciones venideras renuncian al sexo o se pasan directamente a la homosexualidad ¿Acabaremos en un mundo de amazonas?

Y para burkas también puedes añadir los pseudónimos, heterónimos y demás caretas más o menos feas (en inglés ugly) o transparentes con que nos comunicamos aquí.

Que digo yo si no será necesario, al final, y según apuntaba Marisol en la glosa número dos, un comentario sesudo para aclarar a la parroquia la diferencia entre un problema social y otro personal . Que no son lo mismo, oiga, como no es lo mismo un cigüeñal
que unas berzas. Y paréceme que se andan confundiendo las cosas por estos pagos. (Y obsérvese el uso que del color hace el glosista (¿se dice así?
) para aclarar conceptos y mostrar, de paso, a la señu mis ganas de aprender y de progresar.)

Pero anda uno rijoso hoy , y poco inclinado a extenderse en sesudas divagaciones.

Ya estamos en un mundo de amazonas que nos cabalgan por las noches y nos arrojan por la mañana al cubo de la basura. Vivimos en la época del hombre Klennex y lógico, nos sabe a cuerno quemado tan poca delicadeza. Porque claro, ser pañuelo para un costipao está al alcance de cualquiera, pero es que ahora, aedmás hay qeu ser un pañuelo de tul con tacto de seda y resistencia probada, o corres el riesgo de ser pañuelo de letrina de discoteca, al más puro estilo Scotex. Y teniendo futbol, para que arriasgarse a que te metan en cualquier bolso y acabar tirado en cualquier esquina.

Veo que en líneas generales vemos el mismo problema: los hombres se sienten utilizados- ojito con pedirles compromiso y prometerles fidelidad y amor eterno ¿eh?-, las mujeres estamos hartas de llevar solas toda la carga… Y resulta inevitable relacionar el problema con dos cuestiones: la incorporación de la mujer al mundo laboral (esto es: independencia económica del hombre) y la sociedad de consumo en la que todos debemos ser guapos, jóvenes y follar con mucha gente.

Hasta donde mi experiencia da, he llegado a entender que el rey de la creación se siente ninguneado cuando quien hasta ayer era su esclava, compra su libertad trabajando, manteniéndose por sí misma, relacionándose con los demás… Antes estaban encerradas en casita y no conocían más hombres que su padre, sus hermanos, su marido y sus hijos.

Entonces: ¿la única solución para que los hombres vuelvan a confiar en las mujeres es que ellas se queden en casita y con la pata quebrada?
¿El burka?
Uf. Que levante la mano la que prefiera vivir como vivía su abuela.
Hombredebien, ilumínanos con tu sabiduría cuando puedas, que hoy Pedro está a por uvas y a Kurtz se le ve malherido (no te digo que te mimaremos porque si no, Pedro se nos pone celoso. Pero dalo por hecho).

¿Como podría yo iluminar a nadie…? Yo, que anhelo ser el esclavo consentido de una amazona ninfómana que me retire del mundo laboral y me asigne como labores ser su chófer, su cocinero, su somelier, su masajista, su poeta, su músico, su filósofo, su toxicólogo, su amante y su angel de la muerte…

Tengo 42 años ( vaya a todas luces una cuarentona esquizoide whatever that means…, creo que he sido esquizoide desde los 5 años cuando quería ser francesa pero bueno ,pongamos que se ha acentuado con la edad)
No tengo miedo a los hombres ni creo que los hombres me teman. Creo que el deseo es un motor poderosísimo, ¿porque habría que intentar pararlo? ¿Un burka? ¡Con las horas de gimnasio que me cuesta llevar minifalda!

Creo que a los hombres les gusta el sexo tanto como a las mujeres.
Y desde luego si me encuentro una versión masculina del perfil descrito por hombreabasedebien creo que me apuntaría.
Me gusta desear y me sentirme deseada.

Y creo en un sexo democrático, frívolo y lúdico.

Pero Inés, es que si los dos tenemos que salir a trabajar para los banqueros, yo no podré llevarte en mi coche, comeremos por separado en un burger, no podremos bebernos una buena botella de vino, volveré a casa tan frustrado y cansado que no podré darte masaje, ni componerte una poesía , ni cantarte una canción, ni hablar calmadamente de la vida y de la muerte, ni hacerte el amor…(me quedaré dormido viendo la tele)

Yo tuve durante 14 años lo que hombreabasedebien desea.
Hasta que mi partenaire se convirtió en el peor de los enemigos y tuve que levantar el vuelo rumbo a otros lares en los que ser igualmente feliz. No son los demás los que te dan la felicidad, la felicidad es un don que se tiene o no se tiene.
¿Mereció la pena aquella loca y larga pasión?
A mí sí: amé mucho, fui muy amada, me quedan dos hijos de aquella relación y fue hermoso crecer juntos hasta que empecemos a hacernos sombra el uno al otro.
¿Le mereció la pena a él?
Lo ignoro: ni sus hijos ni yo hemos vuelto a verle.

Os leo y me digo: ¿qué le pido yo a un hombre?
Y me doy cuenta de que ni siquiera pido un hombre.
A mí que me den salud y ganas de vivir, que de lo demás ya me encargo yo.

Rara vez coincidimos con las mujeres en nada. Pero no por ser diferentes, pensar distinto, ni nada de eso.
Simplemente nuestros relojes no marcan nunca la misma hora. Normalmente nos gustan las mismas cosas: salir de copas, los amigos, despotricar sobre el ultimo carbón/cabrona que se cruzo en nuestras vidas, etc. Lo único es que rara vez coincidimos en apetencias/tiempo a lo largo de nuestras vidas.
Fronteras, mares, aventuras. Lo importante es encontrar a la persona que coincide con tus apetencias en ese momento.

Los deseos, ese sí que es un tema interesante.
A priori no hay que pedir nada al otro, just let it be (aunque luego todos incumplimos esa norma me temo más tarde o más temprano)…
quizá imaginación, sentido del humor y la capacidad de superar el cansancio y la frustración para hacer unas risas en la cocina cuando se te quema la cena o no te sale el polvo del siglo.
Eso
complicidad
y vino….. mucho.

Ay, los deseos… combustible del alma que busca vivir al final como sea! tened calma hembras de mi corazon, todo se esta fraguando asi que no desepereis, atraer a los hombres es una labor milenaria que no simpre esta hecha, pero tiempo es de cruzar el rio mirarle a los ojos sin titubear y decirle vamos! ah entonces se asusta y es que el juego sigue siendo el mismo y para cambiarlo hay que cambiar muchas mas cosas que dejar caer un pañuelito o agarrarle el paquete con frenesí. aqui estoy para vosotras soy vuestro y lo sabeis las que me habeis tenido y lo barruntais las que aun no
si dejamos hacer el magnetismo operara el solito pero… quien quiere soltar riendas cuando te exigen tenerlas siempre tirantes, os amo es mi sentido de vida.

Inés, el comentario 8 es una notable pieza de retórica de puerta de retrete de estación. Valóralo en lo que vale, en su brillantez de loza de wc o de humeante zurullo.

Y sigue con tus minifaldas y vestiditos negros, please.

Desconocida y sinembargo apreciada Ines: El tono de tu respuesta, en alusión a mi comentario nº 8, me dejó claro que habias captado que mi semblanza de las mujeres tenía trazos de caricatura, no exenta de provocación.
Creo que ha logrado su objetivo, especialmente al provocar el comentario 22, una notable pieza de pensamiento crítico escatológico sin brillantez alguna, que puedes valorar no obstante como ejemplo de desubicación de lenguaje y contexto.
A la espera de poder constatar algún día los efectos del gimnasio expuestos por tu minifalda, te envío afectuoso saludo.

¿Complicidad con la pareja?
Lo que la mayoría de la gente entiende por complicidad no es valido en una pareja.
Complicidad puedes tener con un amigo o amiga, con ellos no compartes hipoteca, letra del coche, actividades extra-escolares de los niños, etc.
Con tu pareja ante todo tienes que tener compañerismo, ya que estas intentando sacar un proyecto adelante.
No es ver quien le hecha mas horas a tal o cual cosa. Es repartir y compartir. Si no tienes eso con tu pareja, ya puedes hacer el pino puente y a la vez tocar la bandurria, que tus esfuerzos no servirán de nada.
Una pareja es como una empresa, si te dejas los riñones por ella, pero al final no ves los beneficios, terminaras pensando que eres gilipollas.

Creo que lo que ocurre en gran parte es, que las mujeres de una vez por todas, saben que estar con un hombre debe significar no solo abrirse de piernas y fingir que el macho que tenemos en casa es el mejor y el que mejor nos lo hace, ya no es así…. sabemos que tenemos clítoris y que nuestra vagina es sensible, ya no nos quedamos con las ganas y
frustradas pues, tenemos seguridad en nosotras mismas y, podemos deciros , como y donde nos gusta y así, falláis algo menos . Si no nos importa enseñaros…que todo sea por
una buena causa… así todos contentos y seguro que untaríamos más y con mejor calidad.

Lo de la hipoteca, los hijos, el perro y la suegra… con unos buenos polvos, puede que se lleve mejor… digo yo!

ESTO HA APARECIDO HOY EN MI BUZÓN..·::·..

En una conversación, un hombre le hace a una mujer la siguiente pregunta:

– ¿Qué tipo de hombre estás buscando?

Ella se queda un momento callada, y luego le preguntó:

– ¿En verdad quieres saber?

– Sí, respondió él.

Ella empezó a decir:

– Siendo mujer de esta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo no podría hacer sola.

Tengo un trabajo y pago todas mis facturas.

Me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre, porque soy económicamente independiente y responsable de mi administración financiera.

Mi rol ya no es el de ama de casa dependiente de un hombre.

Más bien, yo estoy en la posición de preguntarle a cualquier hombre,

¿qué es lo que puedes aportar en mi vida?

El hombre se le quedó viendo. Claramente pensó que ella se estaba refiriendo al dinero.

Ella sabiendo lo que él estaba pensando, dijo:

– No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más.

Necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida.

Él cruzó los brazos, se recargó sobre la silla y mirándola le pidió que le explicara ese detalle.

Ella dijo:

Yo busco a alguien que luche por la perfección mental, porque necesito con quién conversar, no necesito a alguien mentalmente simple.

Un hombre que luche por la perfección financiera, porque, aunque no necesito ayuda económica, preciso de alguien con quien coordinar los dineros que entren en nuestras vidas.

Yo busco un hombre que luche por su individualidad, que tenga la libertad para salir a volar y regresar responsablemente a su nido, porque
enriqueciéndose a sí mismo tendrá algo maravilloso que regalarme cada día.

Un hombre suficientemente sensible para que comprenda los momentos que yo paso en la vida como mujer, pero suficientemente fuerte
para darme ánimos y no dejarme caer.

Estoy buscando a alguien a quien yo pueda respetar, partiendo del respeto que él mismo se gane con el trato, el amor y la admiración que me dé.

La mujer debe ser compañera del hombre, ni menos ni más… Para que juntos forjen una vida en donde la convivencia los lleve a la felicidad.

Cuando ella terminó de hablar lo vio a los ojos, él se veía muy confundido y con interrogantes.

– Estás pidiendo mucho, le dijo él.

Ella le contestó: «Yo valgo mucho».

(Anónimo)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *