por artistadesconocida
Unos días antes de perder la virginidad y empezar a beber whisky, oyó esta canción.
Estaba en casa del primero que le dijo lo que después habría de oír muchísimas veces: qué peligro tienes.
Cada vez que ella le echaba los brazos al cuello, o cuando su boca ávida de experiencias nuevas buscaba a traición sus labios de hombre, Él se echaba a reír, la apartaba con cariño y le aseguraba una vez más que no se dejaría liar hasta que ella cumpliera la mayoría de edad. No me lo pongas más difícil, más ganas que tú, tengo yo.
Él tenía 30 años y mucho más mundo: había tenido un negocio, había sido buzo en plataformas petrolíferas, había navegado por todo el mundo, se había casado y divorciado y, cuando ella le conoció, se había trasladado a un pueblo de la sierra. La invitaba a fumar porros, hacía artesanía que vendía en el Rastro madrileño y tenía una gata blanca que, en cuanto ella se sentaba- no importaba cuanta gente hubiera en la reunión-, se tumbaba sobre su regazo y comenzaba a ronronear.
Esta canción la devuelve a aquel momento. Se ve sentada en el sillón de orejas, mirando el árbol que había en el centro del patio, sosteniendo un porro en una mano y acariciando a la gata con la otra, imaginando- sin equivocarse mucho- cómo sería su vida.
Volvió a oírla mientras perdía la virginidad con otro.
Y cuando fue leal a la promesa de celebrar con Él su dieciocho cumpleaños.
Se sucedieron los hombres, pero la canción la ha seguido en su intensa vida como una maleta cómplice.
La canción no ha cambiado.
Y sin embargo, ya no significa lo mismo.
A los 20 años, le hacía soñar con el amor, con el hombre que tendría que llegar.
Que llegó.
A los treinta, le hacía añorar la libertad que por amor había perdido.
A los cuarenta la puso a todo volumen para quemar el nido.
Hoy, libre al fin, cuando vuelve a escucharla se da cuenta de que ya no echa de menos nada.
Ni a nadie.
Sobre todo cuando su hijo aparece en la cocina con la guitarra eléctrica colgada del cuello, la mira con sus mismísimos ojos y le dice:
– Te voy a tocar tu favorita.
0 respuestas a «Wish you were here»
No sé por qué pero, según he ido adentrandome en el texto, he empezado a llorar,un llanto que me ha dejado limpia por dentro… ya me hacía falta pero,no se de que
manera asociar una cosa con la otra..que he encontrado entre esas líneas..
Vaya, gracias. Espero que a la limpia haya ayudado también este magnífico tema de Pink Floyd.
Sólo quería darle a la música el lugar de honor que le correponde en nuestras vidas.
Absolutamente, de acuerdo contigo.. siempre encuentro una canción con la cuál identifico cada situación o circunstancia de mi vida. En realidad, la música es una gran enciclopédia de la vida.
i wish you were here de Pink Floid es quizá de las canciones que más han infuido en mi vida, si un recuerdo amable tengo de aquella época es el día que mi hermano César con los ojos emocionados me dijo, hermana escucha esto….estábamos en el salón de casa de mis padres, estrenando un aparato de música que para la época nos parecía supermoderno, la música llenó el salón y nuestors corazones, bailamnos medio psicodélicos completamente entregado a un música que parecia hablarnos desde dentro del alma……….
años más tarde alguien en un mensaje de SMS me escribió: i wish you were here mientras veía una exposición de pintura…………..
sí, es una buena frase y una estupenda canción…………..
Sí, todos hemos dicho, wish you were here… alguna vez, pensando en alguien, más o menos especial, por eso hoy me ha llegado tan dentro haberlo escuchado y, la combinación del texto… muy dentro,sí
I DO WISH YOU WERE HERE!!