Hoy solo veo mi cara reflejada en el cristal de mi aislado vagón. No soy capaz de ver a su través. Solo distingo mi faz. La faz de mi vida. El cristal ahumado no me permite distinguir, ni sentir otra cosa. Ni veo… ni me ven. Así es la vida: como un cristal ahumado, meciéndose al compás de un furgón a remolque de una locomotora incansable… insaciable. Me parezco extraño. No acostumbro a verme en silencio. Callado. Casi desnudo. Rodeado de soledad por todas partes menos por una, como las aisladas islas del recuerdo. Como las estrellas fugaces del firmamento enamorado. Soy yo… y nada ni nadie más. Otero de un mar inacabado. Inconcluso… imperfecto. Cubierto de estremecimientos. Ferroviario de un tren fantasma. Difícil de comprender. Boceto de un paisaje. Pasajero en un solitario viaje sin destino ni sino… Reflejo de reflejos… Sin saber mirar más allá del cristal ahumado de la existencia…
(Din… don… próxima parada: Paciencia)
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Hoy solo veo mi cara reflejada en el cristal de mi aislado vagón. No soy capaz de ver a su través. Solo distingo mi faz. La faz de mi vida. El cristal ahumado no me permite distinguir, ni sentir otra cosa. Ni veo… ni me ven. Así es la vida: como un cristal ahumado, meciéndose al compás de un furgón a remolque de una locomotora incansable… insaciable. Me parezco extraño. No acostumbro a verme en silencio. Callado. Casi desnudo. Rodeado de soledad por todas partes menos por una, como las aisladas islas del recuerdo. Como las estrellas fugaces del firmamento enamorado. Soy yo… y nada ni nadie más. Otero de un mar inacabado. Inconcluso… imperfecto. Cubierto de estremecimientos. Ferroviario de un tren fantasma. Difícil de comprender. Boceto de un paisaje. Pasajero en un solitario viaje sin destino ni sino… Reflejo de reflejos… Sin saber mirar más allá del cristal ahumado de la existencia…
(Din… don… próxima parada: Paciencia)