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EJÉRCITO DEL FUTURO General

Sirviendo a la comandante

por solazdelaguerrera
Fotografía en contexto original: imageshack
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La Comandante ha pasado por aquí.

Llegó con el ruido que la acompaña a la batalla, pero yo sabía que me buscaba, como siempre que la guerra la trae por mi casa.

Mientras servían vino a su tropa, me la llevé a un lugar en el que pudiera abandonarse en mis brazos, convertirse en una mujer que sólo necesita un hombre que la desnude con cuidado de no arrancar las costras de sus heridas.

Un hombre al que dejar hablar en la oscuridad de la noche amarrado a su cintura guerrera. Como si mis pequeñas cosas pudieran distraerla de su destino. Como si un hombre pudiera atarla a su cama para siempre.
Demasiado amor por repartir.

Antes de amanecer, se deshizo con dulzura de mi débil amarra, volvió a calzarse las botas y me besó en los labios como una mujercita rendida al macho. Segundos después, ya estaba movilizando a su gente.

Cuando dio la orden de marchar, en la irrealidad de un amanecer que no acababa de despuntar, dirigió una última mirada a mi ventana y me regaló una sonrisa de hembra agradecida, que no pasará a la historia… pero siempre será mía.

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Sálvame, soy un naúfrago. Sálvame, por favor, ¡sálvame, sálvame, sálvame!

Entiendo a todos esos peones de los ejércitos. Esos números sin cara de la tropa, o de la canalla de proa, como se denominaba antes a la marinería. Las levas.

Llego a entender a toda esa leva adolescente sin rumbo al que dirigirse. Lo que no entiendo es que sea lícito es que ese epígrafe estatal llamado ejército, intente pasarles el scotch brite para hacerlos adeptos de su criterio. Ni entiendo que lo hagan otras instituciones, algunas llevan nombre de ong’s…

Pero quisiera que por fin hoy, después de tantos años de tirar de tantos carros, por fin alguien tirada por mí. me dijera: «cariño, no te preocupes, no pasa nada». Pero eso ya me lo dijo mi 1er marido, que estará en el cielo (espero).

Por favor sálvame, sálvame, sálvame.

Sálveme, Ejército del Futuro.

Nadie puede salvar a nadie.
Si se pudiera ¿no crees que ya lo habría hecho alguien antes?
Cualquier ejército, incluso el nuestro, te ofrece la posibilidad de sentirte parte de algo, , la emoción de sentirte vivo. Nada más
Nosotros podemos sacarte de tu isla desierta, pero una vez en cubierta, tendrás que trabajar y saltar al abordaje, como todos. Y todo, de nuevo, volverá a depender de ti.

Ufff, ¡qué cansancio! Llevo toda la vida haciendo justamente eso; con el «agravante» de haber tenido que ser yo capitana de muchas singladuras (y eso que no soy la virgen de la Soleá, ni la otra capitana, la del Pilar).
Desearía tanto que cada uno dependiera de sí mismo… lo necesito tanto…
¡¡¡Sálvame, soy un naufrago!!! (esto es un recordatorio de Bibí Andersen…)

Pero me temo… que te temo (Ay Mcnamara).

Lo mejor será apagarme y estar fuera de cobertura hasta que mi batería vuelva a estar como casi siempre: en optimas condiciones. A ver si encuentro la red para enchufarme y recargarme.

Conditions of the heart.

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