Texto : Carmen K. Salmerón.
Foto: Manugon.
Para unos cuantos a los que les guste el buen disfrute.
– 100grs de pistachos tostados y sin piel.
– 1O gramos de perejil fresco.
– 1 miga de pan integral en remojo con un chorrito de vinagre de Módena.
– 1 diente de ajo hermoso y pelado.
– 2 dedos de aceite de oliva virgen.
– 1 pizca de sal yodada.
– Rebanadas de pan integral.
Esta exquisitez de unte, tiene la misma dificultosa elaboración que los anteriores: se meten todos los ingredientes pelados y partidos en el vaso de la batidora. Se aprieta el botón y cuando la pasta está homogénea, es el momento de levantar el dedo del susodicho botón. Al igual que los otros patés, o untes, se reprime el instinto de meter el dedo para probar (es que queda feo, no es que sepa peor que con pan, casi al contrario…) y, se come en rebanadas de pan integral. No dar rienda suelta a la glotonería los pecadores de gula, ya que estos untes son de “alta graduación” (100 grs de pistacho tienen cerca de ¡30gr. De proteínas, más que 100 grs. de ternera) y, por tanto, hay que degustarlos con mesura.
OBSERVACIONES:
El perejil no es cualquier cosa. Es una de las mayores fuentes de vitamina C. En cada 100 grs de perejil, encontramos unos 200 mgrs de esta vitamina, así que en los 9 ó 10 que lleva esta receta, unos 20 mgrs son ¡solo de vitamina C! Por tanto, pocas armas compiten con él en esta época tan proclive a los catarros. Además, es fundamental para la estructura del colágeno y por tanto, para mantener las células en su máximo esplendor.