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Medallas olímpicas

por Pedro Lluch

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Se terminaron los Juegos Olímpicos. Se terminó la fiesta, concluyeron las carreras, los denuedos por ser primero, los himnos, las hazañas, la cantinela de los locutores roncos, la emoción de las seis de la mañana.
Y leo consternado que toda la opinión publicada habla de la superioridad norteamericana con 110 medallas, elogia a los chinos que van a la zaga (100 medallas, pero 51 de ellas de oro) con pasos de gigante en auge. Y sin embargo si nos ponemos a contar, resulta que los países miembros de la Unión Europea suman más, muchas más medallas.
Del mismo modo, aunque un tercio de los atletas españoles en Beijing eran catalanes y que la mitad de las medallas las han logrado ellos, poco oigo decir al respecto. Tampoco esto se oye, se lee. Supongo que no interesa al común.
Supongo asimismo que son problemas de las confederaciones en proceso de creación. Serán resueltos. Démonos tiempo.

0 respuestas a «Medallas olímpicas»

Es curioso. En tu artículo hablas de atletas estadounidenses y chinos (como todos los medios). No dices cuántos son de Texas, cuántos son de Alabama. Igualmente pasa con los chinos: con lo grande qué es ese país y la de etnias que hay, tú los metes a todos en el mismo saco: chinos.

Quizá nadie hable del tema porque los estadounidenses han ido en representación de Estados Unidos, los chinos en representación de China, los parisinos en representación de Francia, los venecianos en representación de Italia y los catalanes en representación de España.

La paranoia victimista busca tres divertidos pies al gato.

Sí que se habla, tron. A una de las medallistas la entrevistaron largamente acerca de este asunto y explicó que en Cataluña funcionaba mejor el deporte de base y tal y cual. Y se os elogió y se habló de seguir ese modelo.

Yo, en todo caso, voy con Jamaica en lo deportivo y con Ysinbayeva en todo lo demás.

(y un poco en serio. Lo del medallero por países es una obsesión hortera. Y una estupidez demográfica se mire como se mire (Por ejemplo. China son 1.400 millones ¿a cuántos chinos tocan por medalla?)

Por otra parte, eso de sumar todos los metales es un disparate total. (En Olimpia, lógicamente, sólo ganaba uno, el que ganaba)

Y finalmente, en atletismo, que para mí es lo grande de una olimpiada -España no se ha comido un saci-, es más interesante ver el resultado por razas. Y ahí los blanquitos estamos cada vez peor. Hasta los catalanes, tú.

———
PD. Lo de anoche del Madrid sí que fue olímpico.

Es verdad Marisol.

Es verdad: no he mencionado que a los atletas tibetanos no les han dejado correr con sus colores. Tampoco a los uigures. Del mismo modo, a los atletas catalanes no les han dejado correr y competir por sus colores. Tampoco les permiten inscribirse en la Federación Internacional de Petanca (ni siquiera indoor). Es como cuando una vez que me quejaba me espetaron que qué pasaporte llevaba yo; –Pues el español, repuse, y añadí: simplemente porque no tengo opción a disponer del que me gustaría que fuese el mío.

Es el sino de las naciones sin estado.

En relación al caso americano, ¿he de recordar el proceso de formación de los Estados Unidos? Sería tremendamente osado quien opinara que se asemeja al que el que unió Cataluña a la corona de Castilla. Si el Compromiso de Caspe se parece a los debates de The federalist, ahí sí tienes un scoop bomba. Pero eso se ha olvidado, claro, eso no conviene recordarlo.

En relación a Europa: ¿no mejoraría la unidad de Europa si, cada cuatro años, viésemos la bandera azul estrellada levantarse más veces que ninguna otra bandera al son del himno de la alegría? Mmmmh, sí, estaría bien, pero claro: socavaría a los Estados ya constituidos, claro, y eso no puede ser.

Otro apunte: ¿por qué cuando, desde la periferia, exponemos hechos nudos, enseguida se nos tacha de victimistas? Por un lado parece deslegitimizarse la voz de la víctima: ¿acaso la víctima no puede hablar –acaso no «debe» hablar? ¿Molesta? ¿Molesta que reivindiquemos lo nuestro? Se siente.

Por otro lado, cuando a alguien se le califica de víctima de esta manera altiva, ¿dónde se pone uno? ¿Tal vez en el punto de vista del agresor?

No te me enfades: no creo que tú seas una opresora; precisamente considero un lujo poder expresarme en esta columna proscrita, que des voz a mi periférico punto de vista. Pero expresas un monolitismo ciego frente a otras sensibilidades que resulta dañino (y contraproducente, porque no suma, resta). Sólo deseo que seamos conscientes de lo que hay, de cómo se vive, de cómo se expresan las diferentes sensibilidades de España. Y cada uno desde su rincón.

En fin, nada nuevo. Más de lo mismo. Muchos opinarán que estoy dando el coñazo; lo siento.

Contesto sólo a esto: «Otro apunte: ¿por qué cuando, desde la periferia, exponemos hechos nudos, enseguida se nos tacha de victimistas?»

Porque sois un coñazo. Todo el mundo sabe quienes son los deportistas catalanes. Incluso gente como yo, que no ha visto NADA de las olimpiadas. Porque, si hay de una comunidad que hablen los medios de lo comunicación, es precisamente, de la catalana.

Lo que no sabemos, es de dónde son los demás.

Somos un coñazo, quizás; pero también generamos el 20% del PIB de la economía española y somos un 15% de la población (7 millones sobre una población total de 46 millones). Tenemos detrás toda una historia y una cultura; por delante tenemos mucho futuro por hacer. Y no es victimismo reclamar el respeto que merecemos.

¿y quién os ha faltado al respeto? ¿Alguien ha hablado mal de los deportistas catalanes?¿Alguien ha dicho que los catalanes no trabajan?
El problema es que cada vez que te miras al espejo, te sientes agredido por España.
Y para los demás, que tenemos problemas reales y más acuciantes, es un COÑAZO.
Sólo escribes sobre deportistas catalanes ¿no es eso una falta de respeto hacia todos los deportistas que han cometido el error de nacer fuera de las fronteras de Cataluña?

Qué deslumbrante nivelón el tuyo, marisol. Es de risa.

Diría que ya no te acuerdas de las alegrías que se os desbordaron cuando la roja y tal y cual, en estas mismas páginas. Pero eso sí se puede celebrar, ¿verdad? eso sí. Que nosotros, en cambio, señalemos que la mitad de las medallas españolas son de deportistas catalanes, sin ni siquiera reivindicarlas, sólo dando el dato, eso, en cambio, parece que incomoda. Pues a rascarse, si escuece.

Pedro, la roja significaba el triunfo de España independientemente que los jugadores fuesen Catalanes o Madrileños. Las medallas que han obtenidos nuestros atletas en las Olimpiadas son fruto del esfuerzo de personas y estas son Españolas y hay que celebrarlo sin necesidad de remarcar nada más.

Holita desde de Cartagena.

Cada uno practica el deporte que puede dependiendo de la riqueza de su tierra. Nosotros los murcianos, no se si tenemos tanto como el resto de regiones, comunidades o paises (perdonar por las duda… es ya estoy un mucho liado con esto) que conforman estas tierras ibericas.
En fin… que esto es lo que practicamos en la región de Murcia… y a la vista o leida de algunos pensamientos… pues que a mucha honra…

http://www.lanzahuesos.es/spanish/inicio.html

Saludos… y que aproveche a unos las medallas y a otros las olivas.

En un momento de anemia económica mundial, no tienen mucho sentido los nacionalismos. La empatía y la solidaridad debieran ser el leiv motiv.
Una mano lava a la otra y las dos lavan la cara. Se llama empatía y solidaridad. Se llama trabajo en equipo. Hoy por ti mañana por mí. Hoy por mí, mañana por ti.
Anoche escuché una entrevista de Gervasio Deferr en televisión. Se considera, y lo remarcó muy mucho, español y catalán.

Yo me considero ibérica y europea, a pesar, o gracias, a mis apellidos. También ciudadana del mundo, del sistema solar, de la galaxia andrómeda y del universo.
No soy mejor que nadie; solo medio sensata. nadie es mejor que yo; solo medio insensatos.

Deferr remarcó alto y claro, que si no hubiera sido por el apoyo económico del gobierno español, su país, de su entrenador, español, de otra región diferente a cataluña, de sus compañeros, de muchas esquinas de España, no habría conseguido las 3 medallas olímpicas con las que cuenta.
La endogamia empobrece, enferma y hace inválida a la comunidad. la exogamia enriquece, sana, oxigena, purifica.

Si cataluña y euskadi no hubiera contado con la ayuda inestimable de los gallegos, andaluces, extemeños e incluso castellanos que dejaron su vida y sus genes allí, no sabemos qué derroteros habrían adoptado los altos hornos o la industria textil.

Hay una entrevista muy curiosa que habla, entre otras cosas, de ésto, de María Medeiros, publicada en El Dominical (que bien debes conocer, Pedro), si mal no recuerdo, la semana del 14 de febrero del 2008. Dice así:
– «Saramago, apoyado por Günter Grass, propone una república ibérica. ¿Qué le parece?
– ¿Por qué no? La península ibérica es riquísima desde el punto de vista cultural, de lenguas… ¿por qué no unirlas justamente por eso? Siempre con la idea de mantener esa diversidad cultural de cada una. Por esta misma razón soy antinacionalista. Un espacio geográfico no delimita una identidad cultural. Si uno se vuelve endogámico, llega inexorablemente la degeneración. Encerrarse en la valoración excesiva de una identidad, olvidando lo que rodea, me parece absurdo y fascista.»
Anyway, la Historia, como bien dices, forma parte de cada nación de esta piel de toro. Son muchas las naciones. La Historia debería ser asignatura obligada para combatir el virus del olvido y el virus de la arrogancia.

me gustaría mucho encontrar alguna manera de entrar en contacto con usted, la descubrí de manera catódica y su presencia y conversación me hicieron ver que tratar con usted podría ser altamente interesante

A Sacks Reims (disculpa, Pedro, por usar tu espacio):

si se refería usted a mí (por al O.I. «la»), le sugiero visitar mi sección, RECETAS PROSCRITAS. Además de encontrar un buen puñado de recetas saludables e inventadas, en su mayoría, por mí, leyendo el tono de mi escritura, así como algunas respuestas que dejo a algunos comentarios, tendrá más pistas, seguramente, acerca de mi persona.
Espero el primero de sus comentarios.

¡Carpe diem!

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