por Carmen K. Salmerón
Fotografía: Manugon
Ingredientes para 4 ó 6 personas:
– 4 rebanadas de pan integral, preferentemente duro (excelente forma de reciclar el pan “sobrante”).
– 50 grs de pistachos tostados y pelados.
– 1/2 vaso de pasas puestas en remojo con brandy unas horas antes (o la noche anterior).
– 30- 35grs de pasta de lacitos de colores.
– 1 cebolla mediana picada juliana (muy fina).
– 1 diente de ajo laminado.
– 1 cucharadita de pimentón picante o de la Vera, a gusto del consumidor.
– 1 tomate grande maduro rallado (también vale 3 cucharadas soperas de tomate natural triturado, e incluso ya frito. Esto agiliza el guiso, pero resta sabor).
– 1 litro de agua o caldo de haber hervido verduras.
– Aceite de oliva virgen.
– Sal yodada.
Como siempre que sea posible, usaremos la perola de barro (¡los guisos ganan aquí tanto sabor!). Cubrimos discretamente de aceite de oliva el fondo. Ponemos el fuego vivo. Mientras se calienta, picamos la cebolla y el ajo. Los echamos en la perola y bajamos al mínimo el fuego. Apenas empiece la cebolla a ponerse transparente, verter el vaso con las pasas y su contenido de brandy. Dar unas vueltas y agregar los pistachos. Movemos un par de veces más y le ponemos el pan duro cortado en láminas. Dejamos que sofría un par de minutos a fuego lento, que es como los guisos y el cariño mejor se fraguan. Transcurrido ese tiempo, añadimos el tomate. Si es natural, subimos el fuego hasta llevar el sofrito a ebullición. Si está ya frito, continuamos con el fuego lento. En sendos casos es aconsejable tapar nuestra futura sopa, más que nada, para evitar que nuestra cocina se convierta en el escenario de la última versión de la Matanza de Texas u otra película gore por el estilo. Una vez fraguado o pochado el sofrito, le añadimos el pimentón y el agua o caldo de verduras. Llevamos a ebullición subiendo la temperatura. Alcanzado ese punto, dejamos cocer 10’ a fuego lento. Agregamos después la sal yodada y los lacitos de pasta. Dejamos hervir según fabricante. Le permitimos a la sopa reposar unos minutos una vez apagado el fuego y la servimos acompañada de hortalizas frescas, que las sales minerales son más que necesarias en las épocas estivales en las que las olas de calor deciden veranear en ésta, nuestra península ibérica.
RECORDATORIO:
Los pistachos son una de las fuentes de nutrientes más completa que nos ofrece la naturaleza. En 100 gramos, encontramos más de 20 de proteínas. Andan muy bien dotados en cuanto a sales minerales se refiere, por ejemplo en calcio, dato a tener en cuenta por quines no consumen lácteos, así como en vitamina A y aminoácidos.
El yodo (otra sal mineral) es fundamental para nuestro organismo. Su déficit produce bocio (inflamación de la glándula del tirioides y, por tanto, del cuello), produce también acumulación de líquidos y en la infancia, retraso mental, así como físico. Todos estos desastres son fácilmente evitables, tan solo hay que consumir la sal yodada.