por artistadesconocida
Fotografía: David Luna
Nos conocimos hace ocho años en la inauguración de una de mis primeras exposiciones. Vino a mi estudio al día siguiente sin que su mujer lo supiera, se detuvo mucho tiempo ante cada cuadro y, cuando terminó de mirarlos, me desnudó lenta y firmemente y me folló sobre una vieja mesa.
A pesar de que vendí toda la obra, tenía tantas deudas que se podía decir que estaba en la indigencia. Él ya lo sabía cuando había llamado a mi puerta, nunca da un paso en falso, no puede permitírselo. Y me ofreció esta casa.
– ¿A cambio de qué?
– De que pintes y de que te desnudes cada vez que vaya a verte. No pido más.
– ¿Estás diciéndome que sea tu puta?
– Sí. Con todo lo que ello conlleva: una mujer que no me dé problemas.
– Y ¿cómo estás tan seguro de que no te daré problemas?
Abrió los brazos para abarcar mi pequeño estudio.
– Ya estás enamorada de tu arte, no tienes tiempo para mí.