Miguel Pérez de Lema
La ultraviolencia ya está aquí. Vivimos en el infierno. Somos condenados. Y la diferencia entre los chavales y nosotros es que ellos lo saben. Lo tienen clarísimo.
Relativismo moral: pisar la cabeza de un niño no es malo ni bueno, si te divierte es bueno para tí ¿no? (No hay nada gratis, todo se paga y ahora estamos pagando la destrucción del mundo en el que crecimos y nos educamos)
Ahí fuera hay una generación de psicópatas, creeme, los veo cada noche.
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Ahora atención a lo que realmente piensan los chavales de las chavalas. Al parecer hay nuevos profetas en el ciber espacio. Y no es paz y amor lo que traen. Los chicos los respetan y admiran, buscan sus escritos en los foros y luego los editan y comentan.
Mira lo que dice éste. Se trata de psicópata puro, un misógino peligroso, un iluminado, sí. Pero cuanto más buen rollo les quieran vender a los chavales y más cruel e indiferente sea la realidad con ellos, más gente venerará a este tipo de perturbados.
[youtube]q91Fu3iCuAY&feature[/youtube]
Y antes salío un rapero que con 17 años puso patas arriba internete, tuvo miles de descargas de su canción antes de grabarla en disco.
[youtube]_40PIABJQiE&feature[/youtube]
0 respuestas a «Cómo anda la chavalería»
El rapero se llama Porta.
Pues fíjate que yo tengo la sensación de que Porta y el del video anterior (yo he visto muchos: mis hijos los buscan en youtube, son muy populares entre los adolescentes) ven lo mismo que tú y lo cuentan a su manera. Denuncian. Aunque sea a lo bestia.
El sexo se está convirtiendo en un objeto de consumo más.
La historia de Frankentein para mí ha tenido 2 etapas, la primera, de niña que me aterraba y la segunda una vez adulta, que en este caso, solo me hacía sentir ternura
y miedo, pero no miedo como tal , sino otra condición de miedo. Miedo que puede sentir una madre/padre cuando ve que su mayor creación- un hijo- se ve envuelto debido a circunstancias adversas en , situaciones de autentico horror, como puede ser que se convierta en un delincuente, agresor, despiadado o mucho más y, todo ello después de haber luchado durante toda una vida para intentar que todo fuese al contrario. Los padres, con todo el dolor de su alma, a veces se ven obligados a ser el Dr.Frankenstein…. aun sabiendo que, en realidad el monstruo es producto
de la sociedad.
Ay, Sila, el viejo pretexto de «las malas compañías». Pero nadie es la mala compañía, siempre es otro, el hijo de otro. Y ellos lo saben, nos manipulan y se parten. Mi niño no puede ser…
Pues sí, tu niño sí.