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General Literatura Seduciendo a dios

Vender el primer libro

por Marisol Oviaño
Fotografía en contexto orginal: conceptanddesign

A las nueve y media de la mañana, el transportista estaba descargando en mi salón las cajas con el primer libro de Proscritos LaEditorial.

El camino hasta aquí no ha sido fácil, tampoco lo es lo que nos queda por recorrer, pero ya no hay retorno.

Todo empezó hace años, cuando una inmigrante marroquí inspiró una contagiosa alegría que nos movió a muchos. Sólo el buen rollo colectivo podía hacer posible este proyecto editorial.

Le he dicho a mi hijo que cargara una de las cajas de libros, y nos hemos ido a Madrid a llevársela a mi socio, a celebrar la buena nueva. En su salón-despacho-comedor estaba Cristina, una mujer boliviana, limpiando. Nos la ha presentado, hemos abierto la caja y, una vez pasada la emoción de la primera vez entre un editor y su libro, le hemos preguntado a Cristina dónde nos podíamos poner a trabajar. Y los tres- sí, el adolescente porteador también- nos hemos sentado a la mesa del comedor, a echar cuentas, a hablar de todo lo que nos queda por hacer…Mi hijo de vez en cuando intervenía, también a él se le veía felizmente excitado. Mientras, Cristina limpiaba cerca, en silencio. Escuchando.

Cuando hemos vuelto a dejarles solos, mi socio le ha explicado que acabamos de montar una editorial, y le ha contado un poco por encima de qué va el libro.

– Quiero comprarlo- ha dicho ella- A mí me gusta mucho leer.
– No, hombre no, te lo regalo.
– No, no quiero que me lo regales, quiero comprarlo.
– Vale- ha dicho él tendiéndole un ejemplar- Pero no hace falta que me des dinero, hacemos cuentas cuando te pague a fin de mes.
– No, no, quiero pagarlo con dinero, quiero traeros suerte.

Cristina sólo llevaba encima las dos terceras partes de lo que vale el libro, pero no ha dudado en vaciar el monedero para llevárselo bajo al brazo.
Después de marcharse, ha vuelto sobre sus pasos: quería que él se lo dedicara.

A la primera compradora del primer libro Proscrito.

Una mujer vino de Marruecos e inspiró una historia. Y la primera en comprarla- antes de que el libro esté a la venta- ha sido una mujer que vino de Bolivia.

0 respuestas a «Vender el primer libro»

Guárdenme uno. Visto lo visto, habría que ir pensando en establecer un Censo Nacional de Lectores de Libros (CNLL) y declararlos (nos) Especie Protegida por la Unesco. Leer Internet es mejor que nada pero a los efectos no vale.

mi mas sincera enhorabuena maixol por confiar en ti y en tu entorno, por haber sabido estar y sacar ese pedazo de trabajo adelante con todo lo que te ha llovido encima. por haber mantenido a capa y espada, la ilusion de compartirlo. para mi es todo un ejemplo y presiento que ya me queda poco para seguirlo. dar el salto.aunque por que no decirmelo, ya lo estoy dando.solo la actitud de cristina, ya vale su peso en oro. me has emocionado una vez mas cabroni.que sepas que tambien yo estare encantado de volver a meterme en esa preciosa historia, disfrutarla y dejarme empapar por su luz. ufff, cuantas cosas bellas vas a provocar en otras personas.
arriba einstein por demostrar que la energia no desapareceeeee

¡Pero chica!
¡Qué noticias!
Una gran sorpresa.
Mis más sinceras felicitaciones y pésames, pues tú sabes en qué te has metido. El éxito de una editorial no se mide por la calidad de lo que edita, sino según cuantas transnacionales la quieran absorber.
Audacia, audacia y más audacia, quería el viejo Lenin…
Me reí mucho con la intervención de Tomás Sóbota, típica de su mente inquisidora. Ese muchachón debería haberse dedicado a ser detective. Vaya un abrazo al buenazo Tomás, y otro para ustedes.
Suerte y fuerza para merecerla.

José

Diversidad de opinión sobre algo que comienza, prueba que es nuevo, complejo y vital.

Como decimos por Australia, keep on keeping on!!

Sheila

Gloriosos y honorables saludos fraternales a Proscritos LaEditorial, bravo Marisol y Antonio, mil bravos jubilosos por haberos mantenido en la brecha.
Un día me dedicaréis también un ejemplar, pero como Cristina la boliviana, será un ejemplar de pago. Porque el trabajo, pues oyes, hay que pagarlo, ya sabéis lo que pienso al respective.
A todos, editores, comentaristas y seguidores fervorosos, panda irredenta e insobornable, un placentero y gran abrazo, de parte de un editor que sabe lo que es estar en la brecha y los disfrutes que conlleva.

El libro estará a la venta en un par de semanas.
De momento, sólo lo vamos a vender por Internet, estamos acabando la página de la editorial, cuando yo vuelva de las vacaciones (unos días) estará terminada y todo el mundo podrá comprarlo.

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