por César de las Heras
Es real, es cierto, somos de la victoria el color rojo, almas saltando con muecas de felicidad sin disimulo. Se ha impuesto el toque, la inteligencia, el gusto, el equilibrio, la delicadeza fajada, el aroma de la jovialidad, del desparpajo.
Ante Italia fue la buena. Las dos paradas de Iker y el gol de Fábregas no significan una eliminación del enemigo, son símbolos de una realidad cercana a la catarsis. Esos momentos mágicos exigen un cambio de actitudes, una mirada paralela hacia el otro, si me apuran, una leve ojeada por encima de los hombres de Europa. No es baladí, es un punto y aparte comparable a la conquista de América, un hecho semejante a la llegada de la democracia, una situación de tal magnitud que habría conseguido que pasase desapercibido el aterrizaje de un ovni en la plaza de Colón. El vuelo de Iker corresponde en pautas, deriva, tempo y capacidad de emoción a la suite para solo cello numero uno BWV 1007 de Johann Sebastian Bach, aunque en el primer caso la obra de arte esta aderezada por un fin superlativo, la defensa desarmada de la necesidad de un pueblo encabronado de quitarse la caspa en blanco y negro y el lastre recolectado por generaciones tras una dictadura prepotente que mantuvo en el limbo a la ciudadanía.
Hoy nos pesa menos la nostalgia, la identidad se ha cimentado. Hemos crecido un palmo, y sería fundamental aprovechar el impulso de encontrarnos empalmados. Un himno nuevo, hacer verticales las rayas de una bandera horizontal, una república, una apostasía general, una España en la que Ana Belén y Víctor Manuel fueran pasado.
Las semifinales caminaron por la perfección. Nada que decir al pueblo ruso, no se trataba de inquina, solamente de crear hilos imaginarios zurcidos por una pelota plena, de bailar, como si el césped recordase a una sala vienesa, el vals de los bajitos. Hubo momentos sublimes, de bajar el volumen a la televisión y elevar a los Strauss. Nunca olvidaré ese girar y girar abrazado a Beltrán con las lágrimas formando compases entre el salón y la cocina.
Y amaneció el Domingo, el día de enfrentarnos a los Panzer, el momento de recordar que nuestros ancestros se habían preparado durante siglos para la victoria. No todo ha sido en vano, y una sangre que ha impulsado el corazón de Publio Cornelio Escipión Emiliano “el africano”, del Cid, de Al- Jatib, de San Juan de la Cruz, de Hernan Cortés, de Malaespina, de Cervantes, de Velázquez, de Goya, de Daoiz, de Quintero, de León, de Quiroga, de Picasso, de Pau Casals, de Lola Flores, de Antonio Molina, de Antonio López, de Juanita Reina, de Barceló, de Adriá, de Sabina, de Serrat, de Indurain, de Gasol, de Alonso, de Nadal…, no podía menos que al lanzar a Torres hacia las líneas teutonas, el bombeo fuese indestructible, la zancada de gacela Thomson, el braceo del mejor record de braza, y el toque, ese último toque al botoncito que produce orgasmos, momentos de irrealidad no contenida.
Tempus fugit, y las cosas vuelven a su cauce, pero el cauce es otro, la dirección es diferente, y los propósitos distintos. Hemos saltado la valla y nada será igual, a mí en principio me vale madre, y miro alrededor con displicencia, soy Español, procedo de las grandes mentes que a través de los siglos han poblado la península ibérica, he visto cosas que nunca creeríais, a un hombre volador interceptando con sus manos el empuje esférico de todo un país, a una defensa tapando con su cuerpo los espacios por los que penetran las tristezas, a una media que ha tocado con sus pies erizando el vello de toda una nación, a unos arietes que han enviado el orgullo de la roja hasta el cosmos para teñir de rojo el infinito. Yo ya dispongo de miembros poderosos, de fuerza inabarcable, yo ya soy omnisciente, es más, yo ya no soy conceptual, soy un hecho.
0 respuestas a «El dia que cambió España»
Pobre Beltran, seguro que se pensó que era el fin del mundo!!! Guauuu
Me caéis de puta madre todos, pero francamente: se os ha ido la bola muy MUY lejos… ¡Dios! esperaré que se deshinche esta hinchazón del rojerío nacional para cruzar el Ebro…
Hala! disfrutad, disfrutad. (Yo también lo hice viéndoles jugar y ganar.)
Querido Pedro, esta es una gran oportunidad para las tribus conquistadas, para los dialectos residuales, para los condados periféricos. Como decía Mesala a Ben Hur » no seas necio, mira hacia Roma», es un buen momento para integrarse, y ya que debemos pertenecer a algo, mejor a los triunfadores, jaja, un abrazo.
San Iker Bendito, cuánto buen rollito.
Eso a disfrutar, que el fútbol, como la vida, sólo es un juego.
Dios, si que da escalofríos el asunto, especialmente mencionar la frase de Mesala a Ben-Hur y hacerla tuya, joder, que Mesala es el malo y mira cómo acaba, que no por mirar a Roma te ganas la gloria, nisiquiera las migajas ya que Roma no paga traidores
Ya están los descreidillos pinchándonos el globo. Aguanta César.
Roma Vincit.
mira que os gusta el football, mira que luego liberan a Betancour y lo ponen en la página 35 de los periódicos, algo que debería ser portada queda relegado y una Eurocopa ( joder que yo también he visto los partidos, e incluso uno de ellos en Roma rodeada de tifosi…) en las TVs y medios nacionales el seguimiento de la victoria de la Selección Española solo fue superado por el funeral del Papa……….
¿La España de charanga y pandereta?
Ines por Dios, no has entendido nada (con todo cariño). ¿ Quien ha hablado de furbol ? «EL DÍA QUE CAMBIÓ ESPAÑA» no habla de furbol, es mucho mas, muchísimo mas, vuelveló a leer anda.
A anónimo le digo que cuando me lea no se centre en lo obvio.
¿Furbol? jaja. Va usted mejorando.