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General Lecciones de la vida

Mirando a los machos- que tanto me gustan- (1)

por hijadecristalero
Fotografía en contexto digital: exponat

No nacen para cuidar unos de otros, sino para competir.
Son los machos jóvenes quienes expulsan de las manadas a los machos que les engendraron.

Yo tenía veintiocho años y un hijo.
Y un padre, y un hermano, y un marido.
Del único que no he cuidado a día de hoy, es de mi hermano. Pero todo llegará.

Ellos tenían todos treinta y uno, treinta y dos. Uno de ellos era el padre de mis hijos, los otros, amigos suyos de la infancia. Había que oírles hablar de la amistad que les unía. Escuchándoles, cualquiera habría dicho que podían llegar a morir los unos por los otros.

La mayoría, o no tenían pareja, o tenían parejas que no aguantaban el trasiego de la noche. Yo era la única mujer aquella madrugada etílica.

Juergaputasyperico había perdido dos hermanos en un año y medio. Y de repente le dio llorona: mis hermanos, mis hermanos, mis hermanos. A mí se me partió el alma y lo abracé.

Ellos, sus amigos, los que morirían por él, no dejaron de insultarle y reírse de él.
Cuanto más lloraba, más se descojonaban.
Aquel día comprendí que los hombres no tienen compasión con los hombres, guardan todo su sentimiento protector para las mujeres.
Que somos quienes les protegemos de sí mismos.

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