Miguel Pérez de Lema
¿Mítica película o macarrada cósmica?
Han pasado más de 30 años y esta filmación sigue fascinando. Y cuanto mayor sea el control al que nos sometan más nos apasionará este amanecer salvaje por las calles de París.
Durante mucho tiempo fue ilocalizable, una leyenda urbana, recuperada por Internet.
Probablemente sea el origen de todo un género de «tarados al volante», de nefastas consecuencias. Pero los franceses, con su buen gusto, consiguen que se les perdone todo. Hasta para ser un buen macarra hace falta tener clase.
El inventor de la cosa, Claude Lelouche, fallecido prematuramente, en su día fue un proscrito y hoy es hoy un director de culto. El tiempo tiene estos caprichos y poderes.
8 minutos y medio de adrenalina.
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a ver si nos van a meter en la cárcel por hacer apología de la conducción temeraria.
Por otra parte, no creo que nadie muera prematuramente: todo el mundo muere cuando le toca, ni antes ni después. Y este Claude Lelouche murió justo a tiempo: hoy habría perdido todos los puntos del carnet
Inquietante, de veras. Gracias por divulgar este film, Miguel.
Cuenta Lelouch en su web-site (http://www.lesfilms13.com/touslesfilms/touslesfilms.htm) que entre la Porte Dauphine y la plaza del Tertre el punto delicado era el giro a 90º que tiene que efectuar el coche al atravesar el patio del Louvre para embocar la calle de Rivoli. Para evitar sustos, allí tenía apostado un ayudante de dirección con un walkie-talky para dar aviso en caso de problemas. Resultó que el walkie-talky se escacharró y no funcionó.
O sea: no ocurrió nada de milagro. ¿Cómo hubiera sido la película de habérsele cruzado un viandante o un coche, allí o en cualquier otro punto del recorrido?
También cuenta que fue convocado por el Prefecto, que le sermoneó y le remachó la interminable lista de infracciones cometidas durante estos nueve minutos de rodaje. Le confiscó el carné de conducir y se lo devolvió enseguida. Ante la estupefacción del cineasta se explicó: –Prometí que le retiraría el carné, pero no especifqué durante cuánto tiempo; y es que mis hijos adoran sus filmes.
Viendo este tipo de documentos, uno puede preguntarse, y yo lo hago, si actualmente se pueden producir cosas así (comercialmente digo, porque en el género amateur sí he visto disparates parecidos). (Tampoco hay prefectos o gobernadores civiles así, ¿verdad?)