Como bien dice Miguel en el artículo que hay bajo éste, demos un poco de buen rollo.
Después de seis meses currando una media de trece horas (sábados incluidos), al fin he conseguido juntar tres días sin casi obligaciones laborales.
Deambulo feliz y desocupada por la casa. Del sofá a la terraza, de la terraza a la cocina a picotear algo, de ahí al ordenador… Me entretengo mirando las flores, contagiándome de su alegría y su buen rollo.
Unas las he plantado yo y otras las he cortado del jardín de Cris.
Y ya me callo, sólo quería compartir con vosotros el buen rollo que me dan.
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