Por artistadesconocida
Fotografía en contexto original: el acróbata
El señor Blanco está enamorado de lo que escribo.
Cuando mis palabras hacen vibrar sus cuerdas,
me escribe unas líneas muy emotivas.
Y su moneda repica en mi vanidad de artista: ¡bote!
El señor Blanco y yo a veces yacemos en la misma cama
sudorosos, sonrientes y desmadejados.
Entonces yo guardo silencio y él habla y habla.
Y mi atento silencio repica en su vanidad de hombre.
¡Bote!, piensa él cuando me alejo
con la cabeza llena de poemas.