Por Hijadecristalero
Se acabó la Navidad.
Los Reyes se han portado: un bolsito mínimo y yeyé, copas de vino- que estrenaré dentro de unas horas para comer con buenos amigos-, pendrive o como se llame, libros, muchos libros, y algo de dinero para ropa, que buena falta me hace.
Y las sonrisas de mis hijos, que todavía son capaces de mostrar ilusión ante unas zapatillas de andar por casa bien envueltas.
Un año más nos hemos librado del carbón.
Hemos vuelto a hacer el milagro de los panes y los peces.