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Adicta al micro

Por Inés Zarza
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Imagen en contexto original: libraries.mit.edu

Soy traductora simultánea de inglés-castellano. Esto quiere decir que en mi trabajo debo escuchar, entender, traducir y hablar a un mismo tiempo. Pero no soy una alienígena, simplemente poseo la capacidad cerebral de realizar funciones diferentes a la vez. Lo descubrí en la universidad: podía pasarme la clase entera hablando con una amiga y tomar apuntes que eran fiel reflejo de lo impartido por algún soporífero profesor. También puedo mantener varias conversaciones paralelas, aunque esto no suele sentar muy bien a mi pareja o amigos; piensan que no les estoy escuchando y se equivocan. Escucho, en realidad eso es básicamente lo que hago: escuchar en una lengua original y reproducir el mensaje hacia la lengua de traducción.

Se supone que soy una máquina y, a veces, me lo creo; una máquina de escupir palabras . Traduzco sobre los más variados temas desde telecomunicaciones hasta la peste porcina en Congresos y Sesiones que requieren comunicación internacional. Mis herramientas de combate son la fluidez en el uso de inglés y castellano, mis viejos diccionarios y una larga afición a la BBC.

Trabajo protegida por una cabina de traducción donde un sistema técnico me ayuda a recibir con nitidez lo que cuentan los ponentes. Generalmente, en pareja. Una buena alquimia con el compañero de equipo es fundamental, a fin de cuentas sobrevivimos en apenas dos metros cuadrados en situaciones de estres.

Hablo a través de un micrófono pero la comunicación con mis oyentes pasa por unos cascos y un receptor. De modo que sólo se me escucha quién me necesita y en este país, se me necesita mucho. La discreción es parte intrínseca de mi trabajo, a fin de cuentas soy trasmisora de las palabras, ideas o inventos de otros, ellos, los conferenciantes, oradores, ponentes, profesores, empresarios. A veces, son rápidos y confusos y exigen toda mi concentración. En ocasiones, no son fluidos en la lengua de trabajo de la sesión y exigen el triple mortal: reinterpretar también la lengua original. Y, algunas, en los momentos milagro que me reconcilio con la profesión, navego sincronizada en armonia con el orador: una mente y dos perfectos canales de comunicación. Momentos en que me trasformo en una replicante benévola sin un ápice de ego o vanidad. Surfear debe ser muy parecido.

Si tengo suerte, me enorgullezco de lo que escucho y me siento testigo de excepción de novedosos acuerdos o resoluciones de conflictos. Otras, siento vergüenza o pena de mis interlocutores; de sus triquiñuelas o juegos de poder. Sea como fuere, solo vierto palabras. Hermes, el mensajero es mi único Dios.

Pero he de confesar que, en ocasiones, cuando me deshago de la piel de intérprete y bajo caminando por la Castellana agradeciendo el frío de invierno tras una sesión de aire acondicionado y confort de cadena de hotel, me permito fantasear con la posibilidad de salir de la cabina, situarme al otro lado y utilizar un microfóno de verdad:

“Buenas tardes señoras y señores. Soy Inés, interprete simultánea de inglés y esta es mi historia………..”

0 respuestas a «Adicta al micro»

Querida Inés, tu texto me ha emocionado. Está soberbiamente escrito, completamente cierto y muy conmovedor. Con él, has salido de la cabina. Geneviève

Hola, preciosa!! Me ha parecido estupendo tu texto. Y muy verdadero. Lo que no dices es lo que haces cuando, como yo, no entiendes ni pío de lo que dice el ponente, generalmente porque es chino o japonés… Ya me contarás!
Un beso,
Esperanza

Pues yo he imprimido el artículo para enseñárselo a mis hijos. Tan estupendo, Inés, como cuando cuentas tus mil anécdotas fuera de micro. Well done, little one !!!.

Hoy mismo mientras escuchaba a una intérprete en la radio pensaba en la difícil tarea de traducir, la verdad es que lo hacia muy bien, no se ceñía a la literariedad, qué difícil…
Sería genial, típico de una peli de Woody Allen que salieras de la cabina y te pusieras a discutir con los ponentes sobre las tonterías que están diciendo unos y otros y se creara un conflicto interesante…
Un saludo

Ay Ay Ay Ines!! Si todos pudiean interpretar como eres no necesitarias dar ningun tipo de explicacion como esta.
Mejor la frase final seria : “Buenas tardes señoras y señores. Soy Inés, interprete simultánea de inglés y ………..de mi vida.”

Has sabido estar cuando se te ha necesitado,has sabido callar cuando era necesario y has toreado en las mejores plazas!! Se que no es una deformacion profesional,si no al revez,eres una gran profesional de la vida.

A mi por ejemplo,me gusta tu historia,la de Ines

Un abrazo

La verdad es que la guapura intelectual y física nunca han ido tan cogidas de la mano como ocurre con Inés…
Delicioso artículo.
MACISTE

Hola, Inés,
Fui intérprete simultánea de inglés-castellano… Y aún cuando estaba al otro lado del micrófono, aprendía; aprendía del tema en cuestión y de la vida misma. Hoy tengo otra vida pero aquella era única y singular. Disfrútala y cierra el micro para hablar. Te escuchamos.
Un abrazo,
J.

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