por hijadecristalero
Fotografía en contexto original: cprat
Halloween.
Los escaparates de la calle donde está la tienda en la que trabajo se llenan de calabazas y velas. Los chinos se forran a ganar dinero: tienen los disfraces de brujas, demonios y demás monstruos de la tele más baratos que nadie. Pegado al cristal un cartel escrito a mano con mala letra: NECESITAR DEPENDIENTE.
Aunque todas las tiendas tipo bazar del pueblo se forrarán a venderlos: siempre hay madres poco previsoras que tienen que comprar el bendito disfraz en el último momento al precio que sea. Mi hija, qué le vamos a hacer: impedirlo es luchar contra los elementos, también va a Jalouin. Pero ha aprendido a no pedirme dinero para gilipolleces y a buscarse la vida solita, la veo aparecer al fondo de la calle con una túnica reciclada de cuando el año pasado actuó en un Belén viviente. En la mano lleva una careta de un monstruo que le regalaron hace mucho tiempo.
Los niños se disfrazan, van por las casas llamando a las puertas y dicen truco o trato y si no les das chuches te tiran huevos a la puerta. Esto último no lo he visto yo en las películas americanas.
Mi hija pasa a darme un beso, se reúne con su amiga y yo sigo aburriéndome como una ostra. Hay mucha gente en la calle, pero aquí no entra ni dios. Todo el mundo está liado con el Jálouin éste, gastándose una pasta en esta tontería que nadie sabe lo que es.
Jálouin el de nuestros antepasados. Aquí, cuando le poníamos una túnica a alguien, era para quemarlo en la hoguera.
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He vivido con el mismo estupor e incomprensión esto del jalogüín de los cojones. Mi hija, también ha peleado por sumarse a él. Y me ha llamado mucho la atención la enorme cobertura mediática de esta soplapollez en los informativos, totalmente desproporcionada.
Afortunadamente, no ha llamado nadie a mi puerta con lo de truco o trato, porque entonces el que habría salido en el telediario habría sido yo.
Finalmente, una reflexión. Date cuenta de que tu hija y la mía han entrado en una «tradición» que no es la nuestra y, al menos en mi caso, no me gusta. Nos las han robado, al menos en esto, con la tele. ¿Educación para la ciudadanía global mongoloide?
A lo mejor el año que viene les dicen que hay que hacer una misa negra y beber sangre de perro, y cualquier cosa que yo diga no valdrá una puta mierda.