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EJÉRCITO DEL FUTURO General

Nadie dijo que fuera fácil

Por Sargento Asuvera

Son las cuatro de la mañana y todavía hay luz en Comandancia.
La guerra no es sólo buscar la gloria o la muerte en el campo de batalla. También es vivir acuartelado y ver crecer la hierba.

Durante las últimas noches, la Comandante ha dormido poco.
Yo nunca me acuesto antes de que se apague su luz, velo por ella en la distancia.
Todos los ojos están puestos en ella aguardando la puta orden que vuelva a ponernos en marcha, arrancarnos estas ropas civiles y mostrar nuestro verdadero rostro. Esta calma volvería loco a cualquiera. Esta calma puede hacer que muchos pierdan la fe.
Y ella lo sabe.

Yo la oigo suspirar.
La oigo pasear arriba y abajo incansable, pensando, pensando, pensando, pensando, tomando decisiones, ahogando, también ella, la impaciencia. Guardo la puerta en las reuniones que duran horas, guardo su espalda cuando salimos al mundo exterior y, si pudiera, la arroparía y le daría un beso cada noche.

Nunca me duermo hasta que su luz se apaga. La veo cuando sale con aire derrotado a la noche de este campamento improvisado, cuando se deja caer en un banco y fuma un cigarro mirando las estrellas, como si en ellas pudiera encontrar la respuesta a todas nuestras plegarias.

Me quedo en la oscuridad velando por la Comandante sin que ella lo sepa, rezando para que las fuerzas no le abandonen. Si ella cae, caeremos todos como estúpidas fichas de dominó.

Si ella deja creer, habrá sido inútil nuestro camino.

– Mi Comandante, últimamente duerme poco ¿hay problemas?

– Nadie dijo que fuera fácil, Sargento- sonríe triste y enigmática- La vida sólo tiene un secreto: rendirse una única vez.

Fotografía en contexto original: thespiderawards

0 respuestas a «Nadie dijo que fuera fácil»

A sus órdenes MiSargentoAsuvera… la tropa tampoco duerme.
Andamos todos un poco desvelados.
Solo queremos comentarle
que la tropa en general está con con su pensamiento y con la Comandante.

Y una cosa…
por nosotros no se preocupen,
y si es necesario…
no nos rendiremos «ni una sola vez»
y que le zurzan al rendimiento.

(La tropa que nunca se rinde)

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