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observando las luces lejanas

Por César de las Heras
luces
Observando las luces lejanas
ese sarampión que le sale a la noche de niña
salgo de mi entorno
y sin dejar de mirar a las estrellas
derramadas por el suelo
camino con la vista
y las voy recogiendo
depositando en mi cabeza
una parte del espacio que iluminan.

Una forma ligera al pasear
alejado del cuerpo
merodeando con la esperanza
de la cercana muerte del invierno
me palpo, meticulosamente
buscando los brotes del alma
ese nacimiento necesario
que debe llegar en primavera.

Somos un fruto caprichoso
y oscilan las luces a lo lejos
y saco la mano
dejándola mecerse en libertad
caminando descalzo, soledad
y acompaño a esta noche
mirando a las luces en silencio.

Fotografía en contexto original:Lyonel-Feininger

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Te acompaño en tu paseo…

«De estrellas fugaces
caídas de la apaciguada noche
para encender a la efímera
y colorida estación primaveral,
y para alimentar al alma
que espera la libertad…
esa libertad de luces
que sangran amor en silencio
iluminando nuestro caminar»

…mirando esas luces lejanas.

…,ya no voy solo
nos vamos entendiendo
y se solapan las nubes
y soplamos con los ojos cerrados.
Miraremos atrás y seremos más
combatamos el olvido
con la seguridad de que somos.

Te miro…
y estoy seguro que… somos,
porque estamos sumidos en esas nubes algodonadas
que flotan por nuestro atrevimiento.
Te oigo…
y estoy seguro que… somos,
porque manan nuevas sensaciones
que surgieron de nuestro entendimiento.
Te hablo…
y estoy seguro que… somos,
porque rompimos con la mirada
el dislate del aislamiento.

Te miro…
te oigo…
te hablo…
y siempre estaremos juntos
porque esas luces lejanas…
nos brotan de muy adentro.
Te miro…
te oigo…
y te hablo…
y siempre sabremos que somos
porque no sabemos lo que fuimos…
ni lo que podremos llegar a ser.

Seremos.
Caldo con aroma
de la mar pulpos con alas
de la pasión cerezas.

Tengo un saco de luces a la espalda
las suelto a mi antojo
a lo lejos se me distingue
luz propia que no se apaga

Regreso a casa algo curvado
cansado y con un ánimo difuso.
He sentido la libertad ahí fuera
y mido mis palabras con reglas de colores
la luz ayuda a ello
soy sincero
salto en vertical
respiro.

Sabes…

“Cuando confuso me sienta
y el peso y la oscuridad…
de la libertad,
de la verdad,
de las luces ajenas,
de la luz propia,
del viento,
del sonido,
de la imaginación,
de la intuición,
del amor,
del dolor,
de las palabras…
me encorven el fatigado pensamiento
y me cieguen los claros sentimientos
o me sesguen las consumidas entrañas,
pondré… apoyaré con cordialidad
mi espalda con tu espalda,
mi hombro con tu hombro
mis manos con tus manos
y mi cara con tu cara…

Y seremos…
porque sinceramente…
me alegro de que las luces lejanas
hayan abierto la puerta
de ésta nueva respiración…
que brota sola
y que sola emana,
que vive la eterna alegría
y alegra eternamente
a la espontánea amistad
y que por arte de birlibirloque
me evapora el alma…

Sabes…

Si…

Seremos…

Pardiez…

Caiga… quién caiga.

Vuelve a ser de noche
me tumbo en mi almohada
cierro los dos ojos
la claridad ya no me ciega
las manos se relajan.

Luego tengo sueños que no recuerdo
formo figuras complejas
mi volumen me delata
y el off me mantiene horizontal.

Entre unas sabanas con pliegues
pliego velas y luzco confiado
son las noches de reposo
luces lentas, cálidas
que desprenden un formol prudente.

¿Dormí?
¿Soñé?
Lo dudo.

Tendido prono…
a veces supino,
con los ojos cegados
por la luz incesante
pasaron las horas
con largo destello
y dorado instante..

El recuerdo…
el recuerdo de las luces lejanas
me mantuvo vigilante.

La libertad…
la libertad del recuerdo
me sostuvo hilarante.

El alma…
el alma cautiva de las luces
me rumió fulgurante.

Mis cábalas…
mis cábalas limitadas
me sumaron estrellas alucinantes.

Pero…
no dormí…
no soñé…
estoy seguro de ello,
porque sinuoso… reptante
me llegaba ese aroma arrebatado
que desprendían constantes
esas lentas y cálidas luces…
ese lento y cálido dormir
que manaban de tu sueño
entre los pliegues de las sábanas
con destellantes aromas de alcanfor.

Todavía lo huelo…
y… no dormí.

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