QUERELLE DE BREST de Jean Genet
Jean Genet era, ante todo, un gran publicista. O mejor, un gran autopublicista. La historia de su vida y la historia de su literatura es una carrera imparable por convertirse a sí mismo en mito literario y, sobre todo, por convertirse en un personaje público amoralmente “non grato”. Y para ello, nada mejor que hacer campaña social, literaria y ética de lo desviado, lo marginal, lo depravado o lo despreciado. Su defensa del crimen, de la traición o del asesinato, más que una actitud, es una declaración de intenciones, un manifiesto ideológico: una especie de tabla de Moisés para los amantes del hampa. La idea de la traición poliédrica (el traidor que traiciona al traidor, que traiciona al traidor) es -en la literatura de Genet y, por ende, en su propia biografía- una especie de unidad de medida con la que calibrar, por ejemplo, la profundidad de sus personajes; en este caso, la profundidad de George Querelle.
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Fotografía en contexto original: isola-di-rifiuti http