Por Pedro Lluch
Como un Narciso, miro en el hontanar epicúreo y veo mi reflejo de viajero.
En ocasiones, a menudo, pienso que porque me muevo valgo más; creer que, porque uno se mueve, los que están quietos valen menos. Aunque ahí está la nómina a final de mes; pero admito que eso es confundir valor y precio.
Leo en Lucrecio (Libro II de De rerum Natura): «Qué dulce es cuando los vientos alborotan el mar, mirar desde la tierra la pena y el trabajo de otros, no porque sea un agrado o gozo ver a alguien sufrir, sino porque es dulce ver de qué males está uno a salvo».
A salvo de tener que ganarse el sustento barriendo autopistas en mitad del desierto arábigo; a salvo de vivir en una sociedad sobreprotectora, capante, triste y frustrada como la francesa (que afortunadamente reacciona con 85% de aúpa); a salvo de temores futboleros, a salvo de costumbres estúpidas como poner nombres gringos a los niños (Cindy, Randalf, Marvin, McKinley, como he descubierto que se hace en Costa Rica); a salvo de no tener seguro médico obligatorio; a salvo de los días grises del Norte de Europa.
Moverse permite que el paralaje enriquezca la realidad con nuevas perspectivas. Pero moverse de un lado a otro impide ver bien el paisaje. Sólo a pie se conoce la tierra, sólo sudándola paso a paso, lentamente.
Es el problema de la liebre y la tortuga: la fugaz experiencia intensa de la liebre contra la densa y extensa experiencia de la tortuga.
0 respuestas a «El bueno de Lucrecio»
Cuando viajes… Narciso, dile a Lucrecio que clave en el espejo de tu mente los paisajes… palabras y obras de los paises dónde pisares y las cara de los Cindys… Randalfes y Marvines… para que cuando estés en tu casa, en tu tierra… rememores lentamente aquellos recuerdos que solo tú podrás evocar… El sabor de la tierra de huerto… siempre te dará el mismo fruto… y si la naturaleza creó a la liebre y a la tortuga fué para hacernos ver que la rapidez de pensamiento y la lentitud en el pensar, son necesarias según en que situaciones…
Cuando viajes… Narciso, acuerdate de los que solo comen la misma tierra todos los dias… y disfruta de tu viaje… aunque sea de los rápidos.