Por Comandante Inar
No sabía nada sobre el príncipe Harry hasta que he leído sobre su envío a Irak.
¿Es buena idea mandar a un príncipe a una guerra mediática?
Si yo fuera la resistencia, me marcaría como objetivo secuestrarle o matarle, cualquiera puede calcular los beneficios publicitarios para la causa: programas en todo el mundo hablando de ello, documentalistas de todas las cadenas de televisión recopilando datos sobre la breve vida de Harry para los programas especiales y, el nombre de nuestra organización, nuestra causa, en todos ellos. Eso sin contar el golpe que se habría asestado sobre la moral de las tropas aliadas.
Si yo fuera su comandante, me echaría a temblar: hay demasiados hombres dispuestos al martirio entre las filas enemigas.
Si Harry fuera a la guerra como cualquier otro soldado, los británicos se lo estarían poniendo en bandeja a la resistencia. Que vaya a Irak para complicar la vida a sus propios compañeros y a su ejército, no parece que tenga mucho sentido. Salvo que el muchacho sea un genio en estrategia militar, cosa que no he leído en ningún sitio.
Sin embargo, es lógico que él quiera ir a la guerra: es millonario de nacimiento, tiene el futuro asegurado y es el tercero en la línea de sucesión: ha de buscar su hueco en la galería de retratos familiar, el sentido de su vida. Si sobrevive, regresará a Inglaterra como un héroe, si muere, entrará en la Historia por la puerta grande.
Por lo que he visto en las páginas del corazón, es un vividor, un amante de las emociones fuertes. Y debe ser un buen tipo, a juzgar por el hermoso gesto castrense de sus compañeros de diseñar una camiseta en la que pone I´m Harry con el dibujo de una mira telescópica apuntando al corazón. Al menos todo este despropósito ha dado tema para una anécdota muy literaria sobre la camaradería entre hombres que han de ir al frente.
Quién sabe si esta camiseta no acabará siendo el banderín de enganche, el mensaje que los jóvenes de occidente están mandando a los jóvenes musulmanes: I´m Harry, dispárame, también yo estoy dispuesto al martirio.
¿Están los jóvenes ingleses dispuestos a morir por Harry como lo están los musulmanes a morir por Osama o sólo es una operación de marketing?
Habrá que seguir de cerca las andanzas de este chiquillo, que a poco que se descuide, se convertirá en un icono del futuro.
0 respuestas a «Atentos al príncipe Harry y los martirios de occidente»
1. Me parece que la idea de los británicos, precisamente, es la de no temblar. Dentro del horror, al menos, reconozcamos su coraje. Esto cada vez se parece más a las cruzadas.
2. Veo las hostias que nos dan en lo de los meneos y sugiero poner entradillas más asépticas, menos publicitarias, menos prometedoras. Es bastante desalentador que te den karma negativo, aunque no se todavía de qué va esa vaina.