Por Miguel Pérez de Lema
Ya sé que la imagen está borrosa. De eso mismo va esta historia. Es un fotograma de mi cámara de vídeo, de una filmación turística en una plaza turística de la Europa turística. Yo estaba allí, filmando y no le ví, al chino. Nadie le véia. Estábamos todos demasiado ocupados comprando postales, filmando nada, haciendo cola, viviendo. Pero luego veo la filmación y entre nosotros hay un escondido juego de policías y ladrones, una sub o super realidad, un universo paralelo. En esta imagen el chino acaba de detectar y ser detectado por la policía y se dispone a darse el piro con su quincalla.
Tiene una expresión de cierto susto, pero sobre todo de tensión. Él sí ve, lo ve todo, ve mi cámara, ve a la policía, ve nuestra plaza turística y ve con claridad. Nosotros, no vemos, o como mucho, vemos borroso.
En otra parte de la filmación puedo ver parte de la mercancía del chino. Unos inocentes trenecitos de madera con letras que forman el nombre que tú quieras. Sí, exactamente los mismos trenecitos que venden los bolivianos en la Puerta del Sol, de Madrid, a más de mil kilómetros de esta plaza.
Hay otros mundos pero están en éste. Y hay otra globalización, borrosa, que observa con claridad, mientras hacemos turismo alrededror de nuestro ombligo.
0 respuestas a «agua»
es increíble como la globalización nos va alcanzando sin que nos demos cuenta. Y los chinos, además, son tan discretos…