Por Pedro Lluch
Éste es un bar antiguo, un local del Ensanche barcelonés, de terciopelos gastados y lámparas agónicas, rincones oscuros, y botellas medio llenas de licores tras la barra, camareras como estatuas griegas. Ocasionalmente un par de gitanas con MP3 se recorren las mesas y ofrecen una lectura de manos. Hay parejas acurrucadas en las medias tardes que se agazapan bajo la escalera de acceso, comiéndose a besos; sólo se ve la cabellera de ella ladeándose ante el ímpetu voraz de la pasión, las manos de él pulpean en su baja espalda sin saltarse el decoro, pero jugando con la goma de su tanga de florecitas.
Cuatro estirpes se dan cita: el germánico, el griego, el judío y el romano. Cuatro maneras de ver un mismo mundo: el psicólogo, el político, el forense y el comercial.
Cuatro maneras de ver y de beber la misma rubia que se nos sirve sin que tengamos que pedirla: cañas de cerveza y ceniceros que se llenan. Son entre ochenta y noventa minutos de cháchara que cada quince días convocamos los cuatro amigos. Es la ocasión de lamer viejas heridas en las que hurgamos con sobreentendidos, risas, preguntas nuevas con socarronería añeja, nuevas disquisiciones y puesta en común de lecturas diversas, que si Epicuro, que si el último editorial de tal o cual periódico, que si tal hazaña (aquí, allá o en el ciberespacio…), pedazos de amistad que se adhieren a la piel y alimentan los días que van pasando. Complicidad tejida en patios de colegio. Treintaytantos años de amistad disfrutados en citas quincenales y cuatro cenas al año.
Fotografía en su contexto original gatopardo.blogia.com/2005/120201-tertulia-lit…
0 respuestas a «Les gens que j’aime»
soy francesa, vivio hay mas de qinze anos en bcna y es siempre mi lugar preferido de la maravillosa ciudad…ademas de su seduisante camarero ….