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Shorts

por Loopy De Loop
Fotografía en contexto original: laverdad.es

Entrar en el Metro de Madrid me hace sentir como un zorro en un gallinero.
Como el lobo Denis tras la mordedura del mago de Siam.

Para deleite de mi vista y mi imaginación, un rebaño de potenciales presas hormiguea por andenes, escaleras y vagones, Con ojo experto, elijo a una de las usuarias de esa bendita tendencia de moda: el short. Con aire distraído, me coloco justo detrás de una presunta lolita con un modelo míni que deja una generosa porción de terso melocotón a la vista y la sigo escaleras mecánicas arriba, disfrutando de una panorámica que eleva mi libido a niveles de hace cuarenta años.

Entro en el vagón y me siento frente a ella para tener una visión de conjunto mientras simulo mirar la pantalla de mi móvil. Morena, melena ondulada con brillos de henna, boca golosa; bajo la camiseta de tirantes, sin sujetador, peras de agua, “caídas hacia arriba” cantaban Los Toreros Muertos. De color miel los ojos, fijos en la pantalla del móvil en el que teclea al ritmo de la cumbia electrónica que escapa de los auriculares.

Acecho con impunidad su afán digital. Me siento a su lado y, con sonrisa desvalida de analfabeto tecnológico, le pregunto si sería tan amable de instalarme en mi nuevo Iphone la aplicación Spotify (que acabo de desinstalar). Un poco contrariada dice, vale, y comienza a manipular mi terminal con aire de suficiencia. La distancia corta me permite aspirar su olor, mezcla de colonia floral y sudor hormonado. A los pocos minutos me devuelve el teléfono. Ya lo tienes. Cara de asombro y eterno agradecimiento por mi parte. Entonces ella se levanta.

-¡Ah, tú también bajas en ésta! ¿Me dejas que te invite a algo por tu asistencia técnica? ¿Un café, un helado, una horchata…? Está a punto de negarse cuando mi mirada directa a los ojos, algo a lo que no está acostumbrada, despierta su curiosidad. Acepta. Entramos en el Starbucks y exclama mirándome los pies: ¡Llevas unas All Star!
Le digo que es el mismo modelo que usaba en los 60 y se ríe. Mientras ocupamos una mesa, me pregunta con un guiño si en los 60 Converse fabricaba modelos para bebés.
No sé, contesto, en mayo del 68 yo era universitario.
No pareces tan vie…mayor, dice sorprendida.
Es gracias a mis genes: a mi madre y a mí nos tomaban por hermanos.
Tienes mejor tipo que mi padre, observa, un cuarentón que no tiene tiempo de ir al gimnasio.
Yo tampoco voy, pero hago 20 minutos diarios de ejercicios Hiit en casa.
¡Vaya, un yayo-fit!, exclama entre divertida y apurada por si me ofendo.
No entro al trapo. ¿Qué te pido?
Frappuccino de mango para ella y café etíope para mí.
En la cola pienso en los salvajes de la burundanga. A mí no me pone una zombi.
Vuelvo a la mesa con las bebidas, deja de pulsar el móvil y dispara.
¿Estás casado? Viudo, miento, ¿no te vas de vacaciones?
Me cuenta que ella y una amiga están a la caza de vuelos baratos a Ibiza en Internet.
Necesitarás el permiso de tus padres…
¡Que estoy en segundo de periodismo!, protesta. 18, calculo. Legal.
¿Y tú?
Desde que murió mi mujer viajo poco porque no me gusta hacerlo solo. Por cierto, me recuerdas a ella cuando era mi novia.
Dejo de mentir y me tiro a la piscina de miel en sus ojos.
Me encantaría ir de viaje contigo.
Alarma, risas.
Estás loco.
En el destino que elijas, suite de 5 estrellas con dos dormitorios. Todos los gastos por mi cuenta.
¿Qué tendría que hacer?, pregunta con recelo.
Portarte como una amiga cariñosa que comparte mis placeres de vacaciones.
¿Con derecho a roce?
Si te apeteciera (ya haré yo que te apetezca, pienso); ya sabes: sólo sí es sí.
Mientras valora mentalmente pros y contras, le echo más carne al asador.
Como supongo que te gustará la marcha de fiestas y discotecas, que yo sólo aguanto un rato, podrías quedarte alguna noche después de que yo me vuelva al hotel; si ligas y el chico me gusta, podrías invitarlo a nuestra suite.
¿Eres bisexual?
No, voyeur.

“Próxima estación Moncloa correspondencia con línea tres…”
La mía.
Salgo del vagón dejando a la chica abducida por su terminal. Me acerco a las escaleras mecánicas ojeando otro short tras el que colocarme. Stairway to heaven.

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