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Riqueza rusa y astucia alemana se dan la mano

por Robert Lozinski
Fotografía en contexto original: ruvr

Una posibilidad para que Europa salga de la crisis de forma duradera sería un acuerdo con Rusia, país que dispone de enormes recursos naturales y en cuyo territorio se pueden hacer inversiones a la larga. El caso es que Europa está integrada por países con políticas económicas propias que casi siempre se contradicen. Alemania, en cambio, ya lo ha hecho. El verano pasado se firmó una interesante alianza ruso-alemana, estableciédose entre los dos países relaciones no sólo a nivel comercial sino también cultural, científico y humanitario. Se acordó incluso celebrar en 2012 el año de Rusia en Alemania y en 2013 el año de Alemania en Rusia.

También Rusia prefiere al más fuerte de la unión, a quien enfrentó en dos guerras y en varias batallas a lo largo de su historia. Llegaron a derramar sangre común en frentes opuestos, y eso, por los visto, al cabo de un tiempo, los une. Durante la mencionada cumbre, Dmitri Medvedev, emocionado, le agradeció a Angela Merkel el detalle de haberse acordado de que han transcurrido ya 70 años desde el inicio de la II Guerra mundial.

No podemos saber cómo acabará este matrimonio. Los cierto es que los listos están buscando salidas del atolladero que no para de agravarse mientras que otros –España y Rumanía entre ellos-, miran pasmados alrededor esperando milagros: mejor sol veraniego, más turistas en las playas, lluvias para la agricultura y, cómo no, ¡elecciones!. Pero un puño nunca se ha hecho con dos dedos. Sobre la política de cualquier gobierno debe prevalecer la política del estado. El canciller alemán Gerhard Schröder ya era amigo de Vladimir Putin antes de que Angela Merkel le sustituyera en el poder. Helmut Kohl, el antecesor de Schröder, mantuvo relaciones de amistad con Mikhail Gorbachev y Boris Yeltsin. Ahora les ha llegado el turno a Merkel y a Medvedev, que, por cierto, no desaprovechan ninguna oportunidad para demostrar a todos que una gran amistad es capaz de unir también a ellos, tuteándose y sonriéndose abiertamente.

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Robert Lozinski es autor de La ruleta chechena

9 respuestas a «Riqueza rusa y astucia alemana se dan la mano»

En mi completa ignorancia sobre el tema, yo también me he preguntado siempre por qué vivimos de espaldas a Rusia.
Para nosotros Rusia es algo exótico y lejando. Pero no lo es tanto para los alemanes.

Os recomiendo que echéis un vistazo a todas las fotos. Increíblemente, la Merkel aparece muy sonriente en casi todas ellas y, en algunas…¡hasta enamorada del ruso!

Ver fotos

¿Te traerías también al 30% de musulmanes que en dos generaciones van a ser mayoría, las mafias, el respeto al poder absoluto, el déficit democrático y otras costumbres orientales, que no de Europa del Este, a la Unión Europea? Esta es la misma estupidez que llegar a acuerdos con Turquía. It´s not the money, mate. It´s the Politics. Cualquiera asume esas formas de pensar…. Se nos acaba la libertad con la bendición de los Cirilos y los Ayatollahs.

Claro que hay riesgos y cuando algo se gana algo también se pierde. Francia nunca ha perdido de vista sus intereses en Africa, quitando y poniendo dictadores. Pero, eso sí, se ha llenado de gente de las antiguas colonias. Los alemanes no han dejado de soñar nunca con las riquezas rusas, han perdido guerras en el intento, pero se van acercando poco a poco, mediante políticas, como dices tú, a los recursos de este territorio. La misión internacional de España se acabó cuando conquistó el Nuevo Mundo pero hay que reconocer que fue una proeza histórica inigualable. A eso me refiero cuando hablo de proyectos nacionales. Se gana algo pero también hay que asumir ciertos riesgos. Aznar hizo un intento hace años de acercarse a los Estados Unidos y a Inglaterra. No soy quien para juzgar si con gran beneficio para su país pero por lo menos de España se habló cierto tiempo. Así se hace. Si no se actúa no se aprende. Y con Turquía que pasa, ¿acaso son inferioses? No lo creo.

Se dan la mano, si. Pero ni tan rico el uno ni tan astuto el otro.

Si no sabemos para donde vamos, vamos perdidos. Perdidos en esta esfera en la que por andar mirando al cielo creyéndonos muy grandes tropezamos en la tierra y caemos en estos abismos.

La ideología del astuto (ora el arma, ora la palabra): tumbarlo hoy a usted. Pero el astuto idiota y fanfarrón olvida que llegará el mañana.

En resumen, es esa la mentalidad de la gran mayoría en sus decisiones económicas y políticas… ¡tonterías!

Y no es poca cosa esa tontería, pues por astutos mira tú donde estamos.

En periodos de transición como este que vivimos (concretamente, de transición hacia el abismo) todas las alianzas y distanciamientos entre países tienen un valor efímero. El mundo se está reconfigurando muy rápidamente, y nadie sabe dónde parará. Lo único que parece claro es que el Imperio ‘occidental’ se va al carajo. Si hemos de guiarnos por la Historia, la estabilidad tardará mucho en llegar y, posiblemente, no será incruenta. Tal vez a donde habría que emigrar no es a Alemania, sino a América del Sur.

¡Por favor, olviden a América del sur! Algunas generaciones atrás emigramos de ese lugar. Hoy somos muchos aquí y, gracias a nuestra soberbia, aun no reconocemos el lugar. A punto de aniquilarla, apenas algunos empezamos a doblegarnos ante esta recia naturaleza.

Aprovecho que debo corregir el nombre de Kieślowskii para comentar que tomando un hilo y desatando nudos encuentro que al mundo lo están reconfigurando las mismas cabezas. O mejor ¿las mismas familias? ¿las mismas, caducas y decrepitas instituciones, hoy con más poder por el dinero, dominio de la prensa y la estupidez humana?

Hoy, que no temen ningún misterio.

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